¿POR QUÉ NO? Estamos a medio camino. Configuramos un territorio situado geográficamente como tangente de África, con población de fusión en parámetros occidentales europeos y con una idiosincrasia muy cercana, por motivos de flujo y reflujo, a las del Centro y Sur del llamado Nuevo Continente. Sería ideal establecer, dadas las densidades e infraestructuras, una plataforma de intermediación, si quieren delegada, que pudiera facilitar el vínculo de fusión de intereses entre las tres orillas del globo.

Un objetivo irrenunciable es reducir distancias en el océano Atlántico. América Latina se está convirtiendo en una tabla de salvación para muchas empresas españolas, que están encontrando al otro lado del charco economías pujantes con una clase media emergente recién sumergida en el consumo a gran escala. Según un trabajo elaborado por Javier Fuentes Merino, profesor de Márketing de la Universidad Autónoma de Madrid y director general del Grupo Redes de Venta Proactiva (multinacional española con presencia en América Latina y una plantilla de 800 empleados), el principal atractivo del mercado latinoamericano tiene que ver con el ciclo de vida del producto: "Normalmente, en América Latina el ciclo de vida de los productos comienza después que en España; es decir, cuando aquí se está acabando, la demanda allí está comenzando, de modo que se puede aprovechar ese retraso para entrar en Latinoamérica", explica Fuentes Merino. Un segundo incentivo es el del escenario económico: "En Europa, por la situación macroeconómica, la demanda se ralentiza, acortando el ciclo de vida de los productos, lo que no sucede en los países latinoamericanos", añade el profesor. A esas ventajas se suma el factor de que los márgenes en América Latina suelen ser mayores, lo que aumenta "la certeza que ofrece de recuperar la inversión en menor tiempo que en Europa". Aunque las perspectivas para los inversores son buenas, el director del Grupo Redes de Venta Proactiva recomienda analizar cuidadosamente el mercado latino por países y sectores, así como "adecuar el servicio que se quiere vender al mercado concreto en el que se desea implantar, porque lo que un empresario hace aquí no puede hacerlo allí de la misma manera", asegura Fuentes Merino.

Como muestra, Brasil ha confirmado el potencial de los emergentes frente a los viejos y estancados actores tradicionales de la economía mundial. Y eso que la economía brasileña echó el freno durante el pasado año por las medidas restrictivas implementadas por el gobierno para combatir la inflación y por los efectos de la crisis económica internacional. Pese a ello, logró rebasar a Reino Unido como sexta potencia mundial. En concreto, la economía brasileña experimentó en 2011 una expansión anual del 2,7%, una cifra que supone una brusca desaceleración respecto al 7,5% registrado el año anterior, según los datos publicados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Esta cifra, además, es la peor desde 2003 y, con vistas al futuro, eleva la presión para que el Banco Central de Brasil acometa una drástica rebaja de los tipos de interés para estimular la actividad económica. En términos absolutos, este corto avance supone que su economía ha alcanzado un valor añadido bruto equivalente a 2,52 billones de dólares, con lo que supera a los 2,48 billones de la británica. El cambio de posiciones tiene lugar apenas un año después de que China se convirtiese en la segunda economía del mundo, por delante de Japón.

Desde Alemania, donde estaba de visita oficial, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ha atribuido la desaceleración de las economías en los países emergentes a la crisis en los países desarrollados y ha dicho que su Gobierno "adoptará una posición proactiva para ampliar cada vez más la tasa de crecimiento de forma sostenible". Bajando al detalle de los datos, el mercado interno siguió siendo el principal motor del país. Aunque no fue inmune al deterioro. Así, el aumento del consumo de las familias, que en 2010 había sido del 6,9%, creció solo un 4,1%, su menor expansión anual desde 2003, debido principalmente a medidas como el aumento de los intereses y el apalancamiento bancario. En contrapartida, el sector externo se contrajo el 0,7% por la crisis global. En el cuarto trimestre del ejercicio, la economía brasileña experimentó un crecimiento de tres décimas respecto a los tres meses anteriores, mientras que el dato interanual reflejó una expansión del 1,4%.

La misma maceta que sitúa las raíces contiene los nutrientes que nos pueden ayudar a florecer.

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