PARA un "canarión consorte", gomero de nacimiento, que vive a caballo entre Santa Cruz y Las Palmas, aunque con mayor presencia en esta última ciudad, no es nada difícil acometer la tarea encomendada por el editor-director de EL DÍA de, sin ser un corresponsal propiamente dicho, publicar en régimen de "freelance" una columna en días alternos (martes, jueves y sábados) desde la tercera isla, de ahí el título de la nueva sección; independientemente de mis artículos quincenales en Gran Angular, publicados los domingos desde hace varios años.

Máxime cuando se puede constatar que en ninguno de los dos periódicos editados en Las Palmas, La Provincia y Canarias 7, subvencionados y de obediencia españolista, hay un solo columnista o articulista que escriba sobre la independencia de Canarias. Sin contar el resto de los medios audiovisuales, propiedad, en su mayoría, de empresarios de otros sectores ajenos al mundo de la comunicación, y más españolistas que los propios españoles. Se imponía, por tanto, un soplo de libertad, de aire fresco, con una opinión libre e independiente, no sujeta a ninguna línea editorial pro española ni a dictados o servidumbres de ningún tipo. Es lo que me propongo hacer a partir de ahora desde aquí: escribir, sin tapujos ni eufemismos al uso, de la indigna e insoportable situación colonial de nuestra tierra, vilmente silenciada; y denunciar, sin tapujos, a quienes sirven de correa de transmisión de la política colonial española. Y, en aras de mi insobornable e irreductible libertad de expresión y de pensamiento, pedir abiertamente la independencia de mi patria, Canarias, para convertirse así en un Estado libre y soberano, miembro de pleno derecho de la comunidad internacional. ¿Habrá en la vida algo más digno y gratificante para el ser humano que ser libre y dueño de su destino?

Bien entendido que lo de "tercera" es sin ánimo peyorativo en absoluto, sino que, en realidad, y con independencia del "gran", la Isla de Tamarán ocupa el tercer lugar en extensión de todo el Archipiélago canario, después de Tenerife y Fuerteventura. ¡Y este es un hecho incuestionable! Porque, si bien se mira, la cuestión del tamaño no es un tema menor; sobre todo, para los sexólogos; y más aún, rememorando un artículo que publiqué en mayo de 2005 en el desaparecido periódico La Gaceta de Canarias (del que era columnista habitual), dirigido entonces por Martín Marrero, actual portavoz del Gobierno autonómico, titulado "El Falo de Maspalomas", a propósito de las primeras celebraciones del llamado "día del orgullo gay" en Playa del Inglés.

Además, y siguiendo en "clave de tres", este es el tercer intento de EL DÍA, el único periódico independiente y más leído de Canarias (221.000 lectores diarios, 3ª OLA EGM 2011), por mantener un centro de información propio en esta isla hermana, al margen de las agencias de noticias contratadas. Lo que ha supuesto una desprendida visión archipelágica y un planteamiento global del mercado interno canario que contemplaba a todas las Islas, no siempre rentable económicamente. Atrás han quedado, lamentablemente, los proyectos anteriores que, por causas que sería prolijo analizar ahora, no cuajaron pese a las expectativas despertadas. Me refiero a la delegación que ostentaba el que luego sería el gran muñidor de la política canaria, José Carlos Mauricio, y la corresponsalía que posteriormente desempeñaba Herminia Fajardo, gran defensora de la causa saharaui (ver mi artículo del pasado domingo, "El santuario polisario"), y que tenía las oficinas situadas en la calle Tomás Morales, cerca del Cabildo Insular, llenas de paquetes de gofio para el pueblo saharaui, que cuando uno entraba en ellas parecía que estaba dentro de un molino.

Con estos antecedentes, ¿cómo no me iba a encantar la idea de escribir desde aquí para todo el Archipiélago, si, además, fui vetado por un comisario político del PSOE, de infausta y triste memoria, que dirigía entonces La Provincia, llamado Ángel Tristán Pimienta, "el inquisidor"? En honor a la verdad, debo decir también que gracias a la caballerosidad de Santiago Betancort Brito (q.e.p.d.), a la sazón director del vespertino Diario de Las Palmas (el otro periódico del Grupo Prensa Ibérica, del godo Moll de Miguel), pude publicar numerosos artículos sobre Derecho Marítimo y referentes a los espacios marítimos canarios, según la Tercera Conferencia del Mar.

En todo este tiempo que he vivido en Las Palmas, he sido testigo de innumerables acontecimientos y he asistido al desarrollo imparable de esta ciudad -y de toda la Isla-, que se ha convertido en una gran urbe, con importantes y costosas infraestructuras y con una considerable densidad de población. Pero no todo han sido avances; desgraciadamente, también ha habido graves y perniciosos retrocesos. Recuerdo algunos de los más traumáticos, para un patriota canario como el que suscribe: la desaparición del emblemático Banco de Canarias, creado por el eximio prócer don Matías Vega Guerra, que dirigiera con acierto el fallecido Jesús Gómez Rodríguez, y que fue vendido de forma ignominiosa al Banco Central de la época. O el desenlace (imprevisto para los que colaboramos con la iniciativa vendiendo acciones de la entidad) del Banco de las Islas Canarias, constituido a partir de una operación de ingeniería financiera con la compra de la Banca catalana Garriga Nogués, y que gracias a los "buenos oficios" y al mercadeo del difunto urólogo Gregorio Toledo (UCD) y del empresario Ángel Ferrera (Toyota), entre otros mercantilistas, fue entregado con toda su red de sucursales a La Caixa. Ambas acciones, cada una en su tiempo pero en el mismo contexto colonial, privaron a Canarias de tener sus propias entidades económico-financieras, y hacen que estemos atrapados, cautivos, del sistema bancario español. Y para continuar el desmantelamiento progresivo de Canarias, ya hemos visto lo que sucedió con Cajacanarias de Tenerife y la Caja Insular de Ahorros de Las Palmas, y la propia Caja Rural de Canarias, absorbidas por cajas españolas.

Por cierto, en estos momentos de grave crisis económica, en los que la metrópoli, España, nos arrastra al abismo, y cuando el consumo se ha retraído, ¿qué mejor política de márketing que publicitarse y anunciarse en el periódico de mayor tirada, más difundido y más leído de Canarias, EL DÍA? ¡¡Hasta el sábado!!

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