CUATRO siglos han pasado desde que en sus "Antigüedades de las Islas Afortunadas" explicara nuestros orígenes desde la perspectiva del Sacro Atlante, majestuoso símbolo nevado -Nivaria- que dio nombre a esta Isla ("tener-", que significa "nieve blanca"; "-ife", que quiere decir "monte alto"), hoy, respetado, admirado y supuestamente protegido Parque Nacional; competencia transferida al Gobierno Autonómico por RD 1550/2009, de 9 de octubre -junto con los de Timanfaya, Garajonay y Caldera de Taburiente-, cuya responsabilidad de gestión se asignó a la Consejería de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial de Canarias. Un auténtico galardón y gran privilegio para el titular de dicho organismo político, pero al mismo tiempo una enorme responsabilidad en el tratamiento a aplicar a estos santuarios de la naturaleza que necesitan conocimiento y dedicación especial, exenta de intereses políticos que, por exceso de "calderos al fuego", distraigan de la atención que merecen tanto los entornos propiamente dichos como los habitantes de cada isla, verdaderos depositarios de la guarda y custodia de su patrimonio natural.

Fue positiva, en su día, la transferencia de competencias del Gobierno central al autonómico, pues, por las razones aludidas, sería penosa una gestión lejana y distraída. Por correlación y con el mismo razonamiento, por evidencias geográficas, históricas y, sobre todo, políticas, se impone como medida de urgencia el traspaso de la responsabilidad gestora de la Consejería Autonómica a los respectivos cabildos, como solución inmediata a los problemas de degradación paulatina que, por falta de medios (?) y del empuje operativo mínimo necesario, se está detectando con inquietud en los medios afectos a Medio Ambiente y, concretamente, en el Parque Nacional del Teide (¿acaso la consejera actual ha puesto, una sola vez, el pie en sus piedras volcánicas?). Son indicios de abandono que la población no puede permitir.

Por cuestiones geográficas, no hay duda: el Teide está enclavado en Tenerife, una isla con un cabildo. Por otra parte, la historia reciente indica, sin ambages, la inconveniencia de que el Gobierno autonómico asuma responsabilidades con éxito en cuanto a todo lo que se refiera a Tenerife. El abandono, desidia y deplorable gestión suelen ser denominadores comunes y perjuicios sistemáticos para una población que se siente menospreciada y demasiado indignada con ejemplos como el lamentable estado del Parque Cultural Viera y Clavijo, hasta hace poco foco de atracción cultural, turística y de bienestar ciudadano, cuya gestión municipal se delegó, sin saber por qué, en la Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias, que en pocos años lo ha convertido en un vertedero, con edificios Bien de Interés Cultural convertidos en deplorable cobijo de okupas, y un patrimonio histórico y artístico degradado a unos niveles de abandono y de auténtica vergüenza para quienes aman, amamos, lo nuestro.

Este ejemplo es suficiente para proponer desde esta Plataforma Pro Parques y Jardines de Tenerife que el presidente del Cabildo de Tenerife exija a las autoridades autonómicas la transferencia de competencias sobre la gestión del Parque Nacional del Teide. En caso de que el Sr. Melchior alegue alguna incompatibilidad o incapacidad para asumir la responsabilidad, se ruega que así lo haga saber a esta plataforma. En caso contrario, cual es lo esperado por la entidad tanto personal como política que desde aquí se le reconoce, este movimiento ciudadano está en disposición de iniciar masivamente la reivindicación en defensa y protección del parque con los medios legales a su alcance.

Parque Cultural Viera y Clavijo