Muchos ciudadanos aún no tenemos clara la supuesta deuda "histórica" con Cataluña, puesto que los españoles hemos costeado resonantes eventos celebrados en Barcelona, como fueron los Juegos Olímpicos y Fórum. Y una vez finalizados los mismos, con toda resignación tuvimos que hacer frente a las deudas que de ellos se originaron, y que quizás pudieron ser premeditadas.

Quienes ya tenemos cierta edad aún recordamos que tuvimos que arrimar el hombro para reparar los 300.000 millones de pesetas que se desfalcaron en la antigua Banca Catalana -hoy conocida como La Caixa- durante el último gobierno de Jordi Pujol. Cómo nos pueden hablar ahora de deuda histórica, cuando Franco ya enviaba dinero a Cataluña para subvencionar la compra de telares, y estos telares nunca se compraron. Aquel escándalo fue conocido en los años sesenta como Caso Matesa.

Ahora se quiere dar otra imagen de Cataluña, pero aún se siguen dando escándalos, como el desfalco en las cuentas del Palacio o Palau de la Música de Barcelona, o el de ciudadanos que esconden su dinero en el paraíso fiscal de Lietchestein.

Cuánto nos han dolido los 3.000 millones de euros que el expresidente Zapatero regaló a Cataluña, eso sí, camuflados bajo el disfraz de una supuesta deuda histórica, y todo porque los últimos gobiernos catalanes, y ahora el gobierno del nacionalista Artur Mas, han dedicado una buena parte de sus presupuestos a promocionar el catalán, incluso en Valencia. Las diferencias con Cataluña siempre se originan por asuntos de dinero, cuando son muchas las autonomías que aún están esperando celebrar su primer evento patrocinado con dinero de todos los españoles. Ahora, Artur Mas arremete con el llamado pacto fiscal y con una oscura deuda de 750 millones de euros que dice les dejó Zapareto. Pero esto no es todo. Por lo visto, y a pesar de que los españoles hemos tenido que subvencionar la EXPO-92 de Sevilla y el PER andaluz, aún nos quedaba otra deuda histórica con Andalucía, y, para cerrar esta "milonga", el expresidente Zapatero regaló 784 millones de euros a la comunidad andaluza, dinero procedente del bolsillo de todos los ciudadanos.

Los ciudadanos que pagamos impuestos hace ya años que sentimos cierta discriminación respecto a Cataluña, y todo porque la avarienta burguesía catalana está empeñada en representar el papel del niño disconforme al que todo le parece poco y con nada se calla.

Para terminar, una carcajada, la provocada por ese ridículo vídeo nacionalista catalán en el que un joven envuelto en la bandera española le roba la cartera a un ciudadano. Nos trae al recuerdo un viejo refrán: "Cree el ladrón que todos son de su condición".

Mª Pilar Carreter Sacedón

(Zaragoza)

¡Dios existe!

Después de tres horas de vuelo tranquilo, el avión aterrizó en el aeropuerto de la Isla Bonita. Solo pisar esa hermosa e inigualable tierra y me sentí bien. Ni dolores de espalda ni de cabeza, y lo más importante: conseguí olvidar a los malos políticos que nos hacen la vida cada día más difícil. Solo han sido siete días, pero esa estancia en la maravillosa isla de La Palma ha significado para mí una paz que en ningún otro sitio encuentro, por sus gentes amables, laboriosas, siempre dispuestas a ayudarte a encontrar cualquier cosa o dirección, y sus paisajes, ¡ay sus paisajes!, difíciles de describir, porque son únicos en el planeta. Su contraste volcánico y a la vez verde, su gastronomía, muy peculiar y sana, el clima agradable día y noche...

Recorrimos toda la isla, desde Santa Cruz hasta Punta Gorda, desde Los Llanos de Aridane a El Remo, a Los Cancajos; desde el puerto de Tazacorte, pasando por Tijarafe, hasta llegar a la cima del Roque de los Muchachos, a 2.500 metros de altitud. En esta cima, al bajar del coche, y después de caminar unos metros, uno se encuentra con algo parecido al paraíso. En la cima no lo pude evitar y exclamé: "¡Dios existe!", porque lo que veían mis ojos era tan hermoso que solo Dios ha podido crearlo.

Miguel Dueñas Muñoz

(Tarragona)