HAN TRANSCURRIDO casi catorce meses para ver ejecutada una petición tan sentida como necesaria: un paso de peatones en la calle Pepita Serrador. Dos veces me ocupé de tal asunto en esta columna, la última el 2 de octubre de 2010. Desde tres años antes había venido informando a los agentes de la Policía Local de tal necesidad. Después del citado mes de octubre desistí de insistir sobre el asunto. Lo daba por perdido. El día 18 de enero de 2012 he visto que aquel requerimiento hallaba respuesta. No pretendo creer que se haya hecho porque yo lo pedía. Supongo que se ha hecho como consecuencia de una necesidad contrastada por algún mando con capacidad de decisión. Sea como fuere, gracias.

Uno, yo, no entiende cómo determinadas obras tardan tanto en ejecutarse, y algunas ni se concluyen. Y no es cuestión de "la crisis", más bien creo que es cuestión de planificación y aplicación correcta de los recursos económicos. Muchas veces se dice que tal o cual obra se pasa de presupuesto por causa de los imprevistos. En una era de computerización, en la que los cálculos, diseños, planos... se hacen o pueden hacerse con total precisión gracias a los medios informáticos, no parece asumible que se produzcan desviaciones de tal naturaleza. Las rectificaciones, si necesarias, también pueden introducirse con rapidez y exactitud.

Ante tales hechos, uno no tiene por menos que recordar aquellos tiempos en que elaborábamos las "Redes Pert", necesarias y delineadas sobre papel vegetal, para sus oportunas reproducciones, cuando hacíamos las grandes reparaciones en la Refinería. Todo el proceso de actuación, con los caminos debidamente trazados para cada actividad y el conjunto de ellas, la aplicación de recursos y los tiempos que cada actividad precisaba; todo ello hasta llegar a la reiniciación de la producción. También realizábamos tales redes para acciones menos complejas; al menos yo lo hacía en mi ámbito de responsabilidad. El resultado era altamente satisfactorio y los tiempos se solían producir con rigor. Y todo aquello se hacía sin medios informáticos; se hacía, como diríamos hoy, artesanalmente.

Con aquellos medios no cometíamos tantas desviaciones de presupuestos y plazos como hoy se producen. No es necesario profundizar mucho en las hemerotecas para encontrarnos con gran cantidad de obras públicas que, a pesar de los medios con que cuentan para su proyecto y ejecución, se desvían ampliamente de lo previsto o anunciado. Y meto el término "anunciado" porque me cuesta creer que tanta imprevisión de los técnicos sea real. Más bien creo que muchas veces se "anuncia" al margen de lo previsto y proyectado para adjudicarse las obras con bajas casi temerarias y luego aflorar la realidad y sus correspondientes "modificados", que es donde se le hinca el diente al erario.

Respecto a lo que dio origen a este comentario sí quiero reseñar que ya hace años, cuando el Ayuntamiento acometió la eliminación de barreras físicas en las aceras, se habían efectuado los vados correspondientes para el paso de cebra que hoy me ocupa. Han pasado bastantes años, quejas e inseguridad para que, definitivamente, aquellos vados puedan cumplir la misión para lo que fueron construidos.