1.- Hay cosas deliciosas que circulan por la Internet. Una habitual informadora, LuisaO., me envía la última nómina del general Franco, que tiene fecha 2 de diciembre de 1975 y que está firmada por el teniente coronel de Intendencia PedroFernándezFernández, jefe de la Pagaduría de la Casa Militar de Su Excelencia. Franco ganaba (o al menos ganó el mes de su muerte) 168.477 pesetas, unos 1.000 euros, desglosadas de la siguiente manera. Sueldo: 48.750 pesetas; trienios: 26.250; dedicación especial: 29.625; Cruz Laureada de San Fernando: 24.375; dos medallas militares individuales: 19.500; Gran Cruz de San Hermenegildo: 1.667; gastos de representación: 12.700; indemnización familiar: 375 pesetas; masita para vestuario: 360; más otra asignación por la Cruz de María Cristina, que no está clara en la nómina, pero que ustedes podrán sacar por los datos que he aportado (yo no he tenido tiempo). Total, 168.477 pesetas, a las que habría que deducir 13.279 de IRPF y 488 destinadas a los huérfanos del Ejército. El líquido, 154.710 pesetas. Como Franco murió el 20 N. de 1975, no sé si se le han detraído los nueve días del mes que no cumplió como jefe del Estado. Lo ignoro. El certificado que ampara estos datos ha sido reintegrado con una póliza de cinco pesetas.

2.- Si se compara con lo que yo ganaba el mismo mes de ese año (trabajaba en el vespertino "La Tarde" y en Televisión Española en Canarias), no estaba mal el sueldo del invicto. Yo percibía unas 30.000 pesetas en el periódico y alrededor de 25.000 en Televisión Española, donde sustituí, en la sección de deportes de los "Telecanarias", a PacoÁlvarezGalván. Posteriormente fallecido, pero en aquel entonces dedicado al teatro y a la organización de espectáculos, como el Festival de la Canción del Atlántico. Paco era un gran actor y locutor, con una voz poderosa. En los días anteriores a la muerte de Franco estaba yo en Madrid y fui a El Pardo a ver aquel ambiente sórdido de muerte, periodistas y políticos. Seguía encendida la famosa lucecita de la ventana, cómo no. Pero el general se moría.

3.- Contaban los desaparecidos LeoncioOramas y RafaelClavijo, respectivamente alcalde de Santa Cruz y presidente del Cabildo de Tenerife, que era tal el caos en El Pardo en aquellos días que ellos mismos, sin que nadie se lo impidiera, pudieron llegar hasta la antesala del dormitorio del caudillo, donde éste agonizaba. En esta antesala permanecía de guardia lo más granado de la política española, a la espera de que el general se decidiera a morirse. Días de zozobra para el país; días previos a la democracia. Días de incertidumbre, en suma. Ahora llega a mis manos esta nómina, como un último vestigio del general, tan ensalzado por algunos y tan vituperado por otros. Es historia, ya sólo es historia. Nada más y nada menos.

achaves@radioranilla.com

Nota:

En relación a la información que se ofrecía el otro día en el artículo publicado "Elogio del pudor", el Sr. presidente del Gobierno de Canarias, don Paulino Rivero, nos ha hecho saber que la persona con la que se había reunido en "Los Limoneros", es un amigo personal que no tiene nada que ver con el negocio radiofónico.