A PRINCIPIOS de esta semana, Alemania ha colocado 3.900 millones de euros en letras a seis meses, cupón cero, y con una rentabilidad media del -0,0122%.

¡En negativo! Es decir, que la gente pone dinero en deuda soberana teutona no solo sin recibir nada, sino que además pagando por ello. ¡Alucinante! Como si tú fueras a Caja Canarias a depositar un millón de euros y encima tuvieras que pagar intereses. Es la primera vez en la historia que un país paga rendimientos negativos en una subasta. Además, la demanda ha superado los 7.000 millones de euros, con un ratio de cobertura de 1,8 veces.

¿A ver cómo se come eso? Dicen que la caída de la rentabilidad ofrecida por la deuda alemana se puede explicar parcialmente por la decisión del Bundesbank de modificar desde este lunes pasado el proceso de pujas para la deuda a corto plazo ("Bubills"), según explica la agencia Europa Press. En concreto, el banco central germano informó de que desde el 9 de enero se permitirá únicamente remitir ofertas en función del precio y no del interés en las que el precio ofrecido podrá ser inferior, igual o superior a cien. "Mediante el envío de ofertas en precio con precios superiores a cien se hace posible remitir pujas en precio que reflejen rendimientos negativos", explicó el Bundesbank. Con esta modificación, el Tesoro alemán traslada a las subastas en el mercado primario la realidad existente desde hace meses en los mercados secundarios, donde los títulos a plazos más cortos de Alemania ya reflejaban intereses negativos.

Es el argumento oficial, pero ¿hasta llegar a perder pasta, colega? Se me antoja excesivo. La desconfianza y el miedo es otra de las explicaciones habituales, pero también produce desconcierto esta explicación a los ojos de cualquier analista externo, ya que no invertir en nada y quedarse en liquidez sería más rentable, digo yo.

Otra opción es que a la banca le interese tener bonos alemanes, ya que con las nuevas normas contables tiene que valorar la deuda a precio de mercado, y se presupone que la alemana es la más estable y no va a depreciarse. Habitualmente, también se explican este tipo de rendimientos cuando los inversores esperan que haya una deflación, por lo que estos bonos serían más rentables que simplemente quedarse con liquidez.

Lo cierto es que sucede y que a río revuelto ganancia de pescadores, calladitos como zorritos. ¿Cómo le va a interesar a Alemania solventar con rapidez los problemas del euro? ¿Pa''qué? A alargar y a alargar lo que algún día se tendrá que solventar, pero mientras tanto sus bolsillos van a llenar.

Pretenden que lo veamos como un fenómeno paranormal -como la fantasmogénesis, la bilocación y la espectrogénesis; los aportes y la hiloclastia: apariciones y desapariciones de objetos que parecen surgir "atravesando" materia sin dejar señal; los "raps" (golpes); la clariaudiencia: audición directa de voces para las que no se detecta causa u origen físico; la hoy llamada "transcomunicación instrumental", que incluiría la psicofonía o parafonía y la psicoimagen o paraimagen; la ideoplastia o teleplastia- de los que estudia la parapsicología y que no son lo mismo que los fenómenos para anormales.

¡No! Querer enriquecerse por la cara es un fenómeno normal. Lo de las letras del tesoro alemanas es codicia trabajada. Lo paranormal -al lado, al margen- se presenta cuando hechos físicos, biológicos y psíquicos, políticos -como el caso Gürtel o el de Las Teresitas que los estudia la parasitología- o incluso deportivos -como la victoria última del CD Tenerife 0-4- no pueden ser suficientemente explicados, en cuanto a las causas y procesos, por las ciencias que se ocupan de los campos mencionados, es decir, las ciencias físico-químicas, biológicas, médicas, neurológicas y psicológicas, aplicadas incluso al comportamiento humano.

Por ejemplo, que Cristobal Montoro asegure que se reducirán los impuestos "en 2015" yo creo que es más para anormal que paranormal. Que el Estado español haya duplicado su aportación desde 2003 en ayuda al desarrollo y que sea el séptimo mayor donante planetario también suena a difícil encaje en la situación de zozobra que vivimos, y cuando en un año de esplendor turístico y después de tantos lustros de vacas flacas aguantando lo habido y por haber tienen que cerrar por falta de ventas más de dos mil pequeños comercios de las Islas.

En fin, ¿normal o anormal? Antes que nada esa es la cuestión