LA PRIMERA vez que vi televisión en mi vida fue en Madrid, con ocasión de un viaje a la capital de España, creo recordar, para informar a este periódico de una de las reuniones anuales, a manera de congreso, que convocaba Iberia Líneas Aéreas. No hacía mucho que había comenzado la televisión en el país y la gente goda, que es más novelera que la canaria, no se perdía emisión de la entonces Televisión Española, que era la única en el país y dicen que tenía un aficionado tan influyente y tan temido como el general Franco. Los responsables de TVE ponían, pues, toda la carne en el asador y cuidaban hasta el menor detalle.

Meses después, que no recuerdo cuántos, se instaló TVE en Canarias con una estación emisora en Santa Cruz que, en principio, solo emitía para las Islas, con antenas en las Cañadas del Teide. Recuerdo, porque eran visibles desde Las Caletillas, los cables que subían montaña arriba hasta Las Cañadas. Y miren por dónde la emisora se instaló en un edificio que fue, en principio, sede de la redacción y talleres de este periódico, el cual se había trasladado desde su casa fundacional, en la calle Teobaldo Power, conocida por la vieja denominación de calle del Norte.

Allí comencé a trabajar en 1955 hasta que el periódico se trasladó a la primera casa de la avenida de Buenos Aires, inicialmente la calle de Pescadores. EL DÍA construyó un nuevo edificio, que sigue siendo el actual, en un amplio solar, contiguo al anterior, también en la misma avenida, y el primer inmueble lo cedió a Televisión Española, que montó allí sus estudios y comenzó a emitir hasta el día de hoy, en que sigue sus funciones. Al principio, se emitía para Canarias, solo desde Tenerife, hasta que luego se establecieron comunicaciones con Madrid y ya se emitía desde allí para toda España y para los demás continentes.

Por razones de vecindad, era lógico que los que trabajamos en TVE y en este periódico nos comunicáramos estrechamente. Además, los recién llegados no conocían las Islas y les facilitábamos toda la información que solicitaban. Había colaboración constante y camaradería entre quienes trabajábamos en las dos empresas.

Tuve en TVE muchos y muy queridos amigos con los que colaboré desinteresadamente. El primer director de la emisora murió a consecuencia de un accidente que sufrió en La Esperanza el avión en que viajaba desde Sidi Ifni. No he olvidado a aquellos compañeros que, además de la amistad que tuvimos, eran auténticos profesionales que nos dieron verdaderas lecciones de cómo se hace la mejor televisión, tan olvidada hoy por los responsables superiores, y hasta por algunos a más bajos niveles que trabajan en este oficio de la telecomunicación.

Pero este es otro tema que hay que tratar aparte de los de aquellos primeros y entrañables tiempos de los que espero hacerlo en comentarios sucesivos.