MIENTRAS esperamos que el nuevo Gobierno "pegue" a caminar, como dicen en el campo, aquí en Canarias, y particularmente en Tenerife, la actividad sigue "congelada". Aparte de la novelería propia de la temporada navideña, con este torpe e inepto gobierno que tenemos poco o nada se ha avanzado en ese cambio que se hace esperar, porque debe estar obstaculizado por el nefasto Ejecutivo de don Paulino Rivero, su Coalición Canaria y su aliado del alma, que es el Partido Socialista de Rodríguez Zapatero, que tanto monta en el Gobierno autónomo, en el Cabildo Insular de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz, gobernados por otros tantos ineptos.

Y lo peor es que no se ve la luz al final de este oscuro túnel, sigue prosperando el desempleo, continúan cerrados los quirófanos del Hospital Universitario, siguen reinando los recortes y las listas de espera de pacientes se hacen cada vez más largas.

Ni siquiera el hotel Mencey, reinaugurado a bombo y platillo ya va para cerca de un mes, ha retirado de su fachada el antiestético telón que, al parecer, oculta obras que aún se están efectuando en la planta baja del edificio. La gente santacrucera se pregunta cómo es posible que se ponga en servicio un establecimiento de lujo y siga tapando la fachada semejante tapujo tan feo y contraproducente.

En comentario anterior, elogié, creo que merecidamente, el libro editado por la empresa hotelera Iberostar, que adquirió o tiene la concesión del hotel, que eso no se ha dicho por la Corporación Insular a la que el Mando Económico, presidido por el capitán general de Canarias don Francisco García Escámez, cedió el establecimiento. El citado libro, como ya expliqué, es como la historia del hotel Mencey, desde su apertura, hace unos sesenta años, hasta que dejó de funcionar, por causas que tampoco se han dicho públicamente.

La publicación, que comienza con sendos saludos del presidente ejecutivo del grupo Iberostar, señor Fluxá, y del presidente del Gobierno de Canarias, don Paulino Rivero, incluye artículos del presidente del Cabildo Insular, don Ricardo Melchior, y del alcalde de Santa Cruz, don José Manuel Bermúdez. Siguen varios artículos sin firma sobre el hotel y sobre Santa Cruz y sobre la isla de Tenerife, magníficamente ilustrados, y se pasa a lo puramente descriptivo del hotel, como las personalidades de todo el mundo que se han alojado en el mismo, empezando por los Reyes de España, Príncipes de Asturias, miembros del Gobierno, famosos artistas de cine, tal como el matrimonio Elizabeth Taylor y Richard Burton, tras la filmación de la película "Cleopatra"; la duquesa de Alba, el malogrado tenor canario Alfredo Kraus, los premios nobel Camilo José Cela y José Saramago, el también premio nobel Mario Vargas Llosa, el pintor Joan Miró, el cantante Julio Iglesias, la actriz Sofía Loren, los futbolistas Maradona y Pelé, el artista César Manrique, el músico compositor Ernesto Lecuona, quien falleció en una habitación del hotel; el investigador marino Jacques Cousteau, el torero Manuel Benítez el "Cordobés" y, añado, por mi parte, porque no aparece en el libro, el famoso financiero presidente del Banco de Santander, don Emilio Botín, porque este periodista lo entrevistó en el hotel, así como a otras personalidades no citadas.