DE DESASTRE en desastre hacia la hecatombe final: esa es la trayectoria que lleva esta colonia disfrazada de comunidad autónoma española. Nos causa auténticas náuseas oír hablar de autonomía y del infame Estatuto de Autonomía en Canarias, porque son los instrumentos más eficaces de la metrópoli para seguir explotándonos con total impunidad internacional. Y el gran culpable, junto con la gran culpable, tan contentos. El uno como necio y déspota presidente del Gobierno de Canarias y la otra como denunciada concejala del Ayuntamiento de Santa Cruz. Tanto monta, monta tanto, aunque como dijimos el otro día, parece que quien toma las decisiones es ella, mientras que el torpe político que se permite dar consejos a otros dirigentes con más capacidad que él se limita a obedecer como una marioneta. Publicábamos en nuestra primera página del viernes que el gasto en educación no deja de caer en Canarias desde el año 2000. ¿Y quién es el responsable? Pues alguien que valía para maestro escuela o, como mucho, para alcalde de El Sauzal, pero nada más. ¿Quién coño es Paulino Rivero para estar donde está, tomando decisiones importantes de cara al futuro de los canarios, si ni siquiera sabe hablar? ¿Quién es doña Ángela Mena para pasearse por las islas en plan primera dama, o caudilla, con guardaespaldas que le portan las compras cuando va de tiendas? ¿Es que los canarios nos hemos vuelto todos locos al permitir que esta pareja, que este matrimonio rumano, siga rigiendo los destinos de estas Islas con total despotismo?

Paulino Rivero y Ángela Mena tienen que desaparecer del escenario político porque lo exige el pueblo. Ambos son una desgracia para Canarias. La mayor desgracia que le ha caído a este Archipiélago en toda su historia. Rivero preside un gobierno formado por políticos tan ineptos como él. Todos ellos están actuando a lo loco pues carecen de preparación para resolver los retos que tienen estas Islas por delante, el más importante de todos, conseguir su soberanía nacional. Están disparando sin ver al enemigo porque, como políticos, son necios, iletrados, carentes de preparación y, lo que es peor, falsos nacionalistas que siempre han pensado en su bolsillo y nunca en su pueblo.

Prueba de la inepcia de Paulino Rivero y de los suyos es la puesta en marcha de la Policía Canaria. En su momento dijimos que se trataba de un cuerpo superfluo, pues la Policía Nacional española y la Guardia Civil, formada por profesionales abnegados y preparados, estaban realizando una labor muy meritoria en las Islas. Dijimos también que cuando Canarias fuera una nación independiente ya tendría tiempo de contar con sus propias fuerzas de seguridad y, si se consideraba necesario, también con su Ejército. Sin embargo, como es habitual en un necio político, Paulino Rivero desoyó los consejos de EL DÍA, un periódico que ya ha entrado en su segundo siglo de existencia, y le dio carta blanca al canarión y procanarión Ruano para que cometiera el dispendio de montar la inservible policía autonómica. Un cuerpo policial de opereta -lo son hasta sus uniformes- de los que ahora se marchan hasta los jefes. Cada día se suceden las bajas de miembros de la Policía Canaria que quieren volver a sus antiguos puestos en las policías locales porque ven que esas fuerzas de seguridad autonómicas no tienen cabida, mucho menos en una situación de crisis. Eso significa que EL DÍA tenía razón. ¿Seguimos aguantando más disparates de este necio político? ¿Vamos a esperar para echarlo a empujones hasta que estemos en la ruina irreversible? ¿Merece estar al frente del Gobierno regional en su categoría de político nacionalista alguien que no ha sido capaz ni de plantear la independencia de Canarias?

Queremos acabar este comentario, como hicimos con el publicado el sábado, con unas líneas dedicadas a la reforma laboral que ya ha anunciado Mariano Rajoy en los foros internacionales. Repetimos que nos parece bien, pero que ha de afectar también a los sindicatos y, consiguientemente, a los comités de empresa. Nada tenemos contra la continuidad de los sindicatos, pero siempre que se financien con los recursos de sus afiliados y no con fondos públicos procedentes de los impuestos que pagan incluso las empresas. En cuanto a los comités, hay que erradicarlos de forma inmediata y para siempre. Es en tales comités donde se refugian y concentran las principales amenazas para una empresa. Además, cada vez que se produce una reunión conflictiva, traen a sindicalistas de fuera que ocupan sillas de la propia empresa y se reúnen en torno a una mesa que también es de la empresa para decir frases como "hay que ir a las barricadas" o "hay que asfixiar a esta empresa". En eso se parecen a Paulino Rivero y Ana Oramas cuando hablan de asfixiar económicamente a EL DÍA.