CON DECLARACIONES como la de José Manuel Soria, en referencia a que la bandera de las siete estrellas verdes lleva implícita la culpabilidad del accidente de Los Rodeos, entiendo a qué se refería Mariano Rajoy cuando dijo que se rodeará de los más competentes aunque tuviese que tirar de personas ajenas a su partido, o sea, de independientes. Ya sabemos que el Sr. Soria no estará en ese futuro gobierno, ya que la expresión del líder del PP deja sumamente claro que quiere solo personas competentes. Sin embargo, la picaresca política de Rajoy puede estar orientada a que, diciendo estas palabras, los canarios, que nos lo creemos todo, vamos también a creer que él va a traer la tierra de promisión, en vez de ir nosotros a buscarla.

Y las declaraciones de Soria demuestran que no lo es. Si lo fuera hoy sería el presidente del Gobierno de Canarias y, sin embargo, ni siquiera es el líder de la oposición en Canarias. Porque la oposición que practica este elemento, partido por dos y elevado al máximo exponente de la tontedad, deja de manifiesto que no sirve más que para figurar y para que le sirvan. Cualquiera de los que escribimos públicamente en esta tierra hacemos más oposición que él y su partido. Ha sido un paso en falso hacer mención de responsabilidad sobre una bandera, nuestra bandera. ¿Qué pretendía Soria con esa insulsa verborrea? Hacer lo mismo que Paulino Rivero: sacar partido de nuestra insignia nacional.

Quiso hacer recordar a los canarios el sentimiento de culpabilidad vivido en el 77 con los independentistas, donde los restos del extinto régimen franquista todavía pretendían seguir persiguiendo a aquellos que intentaban la libertad de Canarias cargándoles el muerto o, mejor dicho, los muertos de aquel accidente. Tal como Soria lo está haciendo en la actualidad, con declaraciones como las realizadas. Esto no es más que un vestigio franquista que se niega a abandonar el subconsciente del líder popular en las Islas Canarias. Qué pena me da saber que muchos canarios han sido abducidos para ir a votar el 20-N por el PP, convencidos de que les llevará el sueldo a casa. Después te arrepentirás y te desgastarás los dientes de tanto rechinar por haber votado, como te ha pasado siempre.

El accidente de Los Rodeos fue un desgraciado accidente que conmovió al mundo entero. Aquel accidente de los dos Boeing-747 no fue motivado porque la bandera de las siete estrellas verdes cayó sobre el parabrisas de uno de los aviones y el piloto no pudo ver que otro iba a despegar. No, no fue por eso. Fue un error humano al que hay que añadir la falta de medios técnicos en aquella época, como, por ejemplo, la ausencia del radar de tierra. Hoy ya se sabe que si el piloto que inició el despegue no se hubiese fiado de su experiencia nada hubiera pasado. Si aquel día hubiese ocurrido un accidente de aviación sobre el aeropuerto de Las Palmas, todos aquellos aviones hubiesen sido desviados a Tenerife igualmente, y si hubiera ocurrido entonces el accidente en Los Rodeos no por ello íbamos a culpar al comandante del avión siniestrado en Las Palmas. Esa teoría, la de hacer responsable a Antonio Cubillo o a la bandera de las siete estrellas verdes, fue una teoría montada, probablemente, por los mismos que intentaron acabar con la vida del líder independentista.

Lo mismo pasó unos días antes de que Zapatero saliera elegido en las urnas, ya que España entera creyó responsable del atentado terrorista en los trenes de Madrid al PP por llevarnos a la guerra, cuando la realidad fue que los preparativos del atentado fueron anteriores a la entrada de España, como se determinó en el juicio. Ahora Canarias entera tiene que saber que hay otras formaciones políticas aparte del PP, PSOE y CC, y que no es obligatorio votar a estos partidos solo porque tienen dinero para gastar. Dinero que le han quitado al pueblo para tirarlo a la basura en la campaña electoral.

Pero en la época de que hablamos había que buscar un chivo expiatorio y se usó el más idóneo, porque de esta manera el mismo pueblo canario rehusó la idea de la independencia entrando en un letargo que solo benefició a España. No solo se culpó a Antonio Cubillo, sino a toda la nación canaria, a todos los que queríamos la libertad. Era una magnífica forma de evitar un gran problema dada la tambaleante transición política que estábamos atravesando, y gracias a aquello quedó marcado en nuestra mente que los deseos de independencia acabaron con la vida de casi seiscientas personas. Y fuimos tan tontos que muchos lo creímos. A mí me acuartelaron por esto y nos decían que el MPAIAC era el enemigo.

Y ahora Soria quiere acuartelar al pueblo canario sembrando una duda llena de miseria y de vidas humanas para recoger un fruto podrido aunque con valor legal. Un político que tiene que revolver mierda con las manos para subsistir en la arena política no es más que un hombre falto de respeto por el pueblo que le votó; otro más, al fin y al cabo, que cree que los canarios son idiotas.

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