VOY a hacer una broma desde la perplejidad, la incredulidad, el respeto a una trayectoria y el cuestionamiento de lo que a veces se traslada sin freno ninguno a la opinión pública. Basado asimismo en experiencias propias, me creo de cabo a rabo la versión del presidente del Cabildo de La Gomera.

El jueves pasado leo en un periódico de tirada nacional que un equipo de la Universidad de Princeton ha llegado a importantes conclusiones tras el seguimiento durante nueve años de cinco grupos sociales de babuinos salvajes en el Parque Nacional Amboseli (Kenia), partiendo de un profundo análisis del comportamiento, la psicología y los efectos fisiológicos en 125 machos adultos. Los prestigiosos investigadores, que publican sus resultados en "Science" esta semana, comprobaron que entre los machos alfa (los que ocupan el primer lugar en la jerarquía social) se tienen más altos niveles de hormonas de estrés que en los machos beta, que ocupan una posición inferior y este hecho repercute en su salud y en su bienestar. Los sesudos científicos, que analizaron hormonas, glucocorticoides y testosterona, para lo cual tuvieron que recoger las heces de los simios durante ese tiempo, ¡cágate!, deducen que: ocupar una jefatura tiene sus ventajas: mejor sueldo, poder, capacidad de imponer las decisiones... pero también con inconvenientes, como es sufrir un nivel de estrés mucho más elevado. Un efecto que sufren los humanos y, como se demuestra, también los simios como los babuinos de la sabana. Concluyen con que expanden más sus genes porque son requeridos con mayor frecuencia por las hembras adultas receptivas y por lógica tienen más crías, pero en la línea de su investigación asumiendo los costos de encontrarse en la cresta de la clase dirigente.

De entrada, yo no les pagaba un euro a los cualificados cerebros: ¿nueve años pa''eso? Como aquello de la niña que había estado estudiando con un costo enorme piano en Viena 5 años y el padre de la criatura le organiza una fiesta de bienvenida con invitados de honor más las personalidades del lugar. Tras la actuación de la debutante el progenitor acerca su sonrojada cara a un amigo y le dice: "¡Que te parece la ejecución?". Y este le contesta: "Hombre, la ejecución no, pero un par de cocotazos bien dados sí que le mandaba".

Pero en el mismo rotativo y en el mismo día, poquito más arriba, veo la otra noticia que podría haber cambiado mi percepción sobre las tesis alumbradas por los eminentes sabios americanos antes citados, encabezada así: "Detenido un senador canario por atentar contra la autoridad". Y de la información recogida en el texto deduje que sobre las tres de la mañana, en una marisquería-bar-sauna-lupanal -cosa que no me quedó clara-, en Madrid, con su hijo y un amigo, habían detenido al senador socialista Casimiro Curbelo Curbelo. Ponían algo así como que lesionó, insultó, provocó destrozos e iba ebrio. "Vosotros sois policías y estáis a mi servicio"; "a mí no me detiene ni la Guardia Civil", son frases atribuidas.

Y claro, aparte de que lo que le endosan a Casimiro, que me parece una burrada poco cribada en los inverosímiles detalles, ya rápidamente enlazo una cosa con la otra. Esto podría ser lo de los babuinos. A todos nos puede pasar si somos alfa ¿No? Hay que ver lo inteligentes que son los de Princeton. En ocasiones estos tipos raros que analizan las cacas de los simios proporcionan la luz que ilumina el camino, aunque pienso que no, que aún deben sofisticar bastante sus deducciones para humanos.

Si es verdad que estamos sometidos a un stress tremendo, que con la crisis y las velocidades se ha disparado, pero el auténtico problema es que la mayoría somos alfa y que como seas beta te pisotean. Todos hemos tenido que sufrir lo que se puede entender como una arbitrariedad o falta de criterio de un servidor público o privado y que en algunos casos puede conducir a una espiral de injusticia descontrolada. Lo de las hembras adultas receptivas tampoco encaja, porque en esta sociedad ellas también son alfas al cuadrado con lo que entonces tenemos tan fuerte lío que ni ganas tiene uno de expandir gen alguno.

Más que la tesis concreta de los babuinos creo que, como nadie es infalible, a veces los policías y periodistas, los funcionarios y juristas, también los políticos y economistas... nos movemos profesionalmente con insensatez y faltos de cordura.