EL CABILDO Insular de Tenerife cambia de culebrón pero sigue siendo escenario de la presentación de esa especie de obra teatral en que los protagonistas son, frente a frente, el presidente de la corporación, don Ricardo Melchior, y el que fue consejero y lo seguirá siendo, don Antonio Alarcó, en trincheras contrarias -es un decir, porque no han llegado a las armas, ni siquiera a la tiraderas infantiloides- por un quítame allá un escaño en el Senado.

Bajo un grabado en el que aparece el señor Melchior, con su inseparable segundo de a bordo socialista, conforme a un pacto contra natura, se informa de que los doce patrones (como en los barcos) de la Federación Canaria de Salud y Sanidad, dependiente del Cabildo, han hecho pública una declaración en la que exponen la labor realizada por el organismo y explican que la gestión económica de la misma cumplió con las indicaciones de los órganos de fiscalización sobre lo referido a sus fondos. Se informa igualmente que fue el Consejo de Gobierno insular el que decidió llevar a cabo una auditoría financiera y de cumplimiento de la Fundación aludida, la cual fue presidida por el consejero Alarcó (PP) durante el mandato anterior. La docena de patrones defiende, pues, el trabajo realizado por la Fundación en este período. Añaden los patrones que la declaración constituye un acto libre desvinculado de intencionalidad política y para que la ciudadanía sepa de la actividad de la fundación.

Pero, si todo estaba bajo control, como dice la gente, ¿quién carallo, que dicen los gallegos, ordenó el informe de los señores patrones? Uno no puede evitar, vistas las actuales hostilidades entre presidente y consejero Alarcó, que se trata de buscar posibles fallos del segundo y proceder al oportuno empapelamiento que, como puede verse, falló porque, según los patrones, todo estaba en orden.

¿Es que vamos a seguir con estos dimes y diretes indefinidamente? ¿Es que se está perdiendo el sentido común en el ámbito cabildicio por un puñetero, con perdón, escaño más o menos en la Cámara Alta o en cualquier cámara? Al parecer, hasta la acostumbrada seriedad y fundamento se están perdiendo entre algunos miembros de la Corporación Insular. Si esto ocurre en el comienzo de una legislatura y no se rectifica desde el principio, llevamos muy mal camino y no serán sólo los políticos que están a la greña los perjudicados, sino también los tinerfeños y hasta todos los canarios si los demás cabildos siguen el mal ejemplo del nuestro. Todos saldremos perjudicados. Y aunque en estas circunstancias creo que no me harán prostituto caso, pido a los responsables que recuperen ese sentido común que en estos cruciales momentos está ausente.