Hoy, a pesar de ser una fecha señalada en la historia reciente de España, que no es nuestro país, el país de los canarios, sino la nación que nos sojuzga colonialmente desde hace casi seis siglos, no tenemos ningún hecho concreto que comentar. Nada que decir de la historia reciente, de eso que hoy se llama memoria histórica, porque la memoria histórica del genocidio guanche, el holocausto de nuestros antepasados, se remonta mucho más atrás

No tenemos ningún hecho concreto que comentar aunque sí hay miles de indignidades y miles de hambrientos y cientos de miles de parados. Y cientos de miles de jóvenes que se tienen que marchar de su tierra porque aquí carecen de futuro. Y carecen de futuro por la indigna presencia de un político que es un gran ambicioso. Un déspota político que se llama Paulino Rivero. Un mal presidente del Gobierno de Canarias afectado por un egoísmo, una ambición y una ineptitud que son las causas de que existan los hambrientos, los indigentes y de la diáspora de los jóvenes. Porque quien no es inteligente, ni puede gobernar, ni debe gobernar. La inteligencia se demuestra con obras y no viajando en helicóptero a costa del dinero de los contribuyentes. Y mucho menos practicando el despotismo. Porque lo que ha hecho don Paulino Rivero con el concurso de las radios, lo que le ha hecho a una prestigiosa emisora como es Radio EL DÍA, sólo lo hace un tirano político, un dictador que no tiene dos dedos de frente o desconoce lo que significa dejar a una veintena de personas en la calle en unas Islas que ya tienen 300.000 parados. Un tirano político, como decimos, que confirma su condición de tal al decir que no va a dar marcha atrás en ese injusto reparto. Al manifestar que no rectifica, como lo ha hecho, está avalando las decisiones adoptadas por el bergante que presidió la mesa de la adjudicación de las frecuencias y las de los otros bergantes que lo secundaron en el atropello. Al ínclito que presidió la mesa lo enviaron a Madrid, al Congreso de los Diputados, junto a la quícara. Los dos, tan exóticos entre los diputados españoles como los procuradores saharauis en las Cortes del general, lejos de cumplir su cometido de nacionalistas y luchar pacíficamente por la libertad del pueblo canario, contribuyen a prolongar nuestra situación colonial con un apoyo a Zapatero constante, mezquino y vergonzoso, pues el presidente del Gobierno de España -un político hoy afortunadamente acabado- nunca debió aparecer en el panorama público porque es casi tan perjudicial e incompetente como Paulino Rivero.

En definitiva, sin tener temas específicos que comentar, tenemos que seguir refiriéndonos al desaprensivo y calamitoso presidente Paulino Rivero, a sus acólitos en Canarias, a sus representantes en Madrid -la quícara y el niño de papá-, a la mesa de contratación de las radios, a la soberbia, al despotismo, a los parados, a los hambrientos y a un Apocalipsis con muchos más jinetes que los mencionados por Blasco Ibáñez en su conocida novela.

No sólo lo escribimos; también sentimos que si no llegamos a la independencia, nuestro destino es caer al más profundo de los abismos. Canarias necesita su independencia. Necesita nueva gente rigiendo su destino, un nuevo estilo político en el que no exista la corrupción, el despotismo, el nepotismo y la ineptitud actuales. Necesita una Constitución de estilo europeo o norteamericano, ecléctica con lo mejor de las constituciones de los países avanzados; una Constitución propia de los canarios y no impuesta por un Parlamento foráneo, como es el Parlamento español. Necesitamos nuevas leyes y jueces con vendas en los ojos y tapones en los oídos que dicten sentencias justas; que el condenado no se vea en el patíbulo por culpa de un juez injusto.

En resumen, Canarias clama por la independencia. Somos conscientes de que estas Islas quieren ser libres. La Bastilla fue tomada hace cuatro días, acéptese la metáfora; la Bastilla canaria puede tomarse en cualquier momento porque ya hay voces que anuncian los claros clarines de las trompetas de la independencia. Y la independencia si viene acompañada con clarines de reivindicación o de venganza es mala. Por eso hay que llegar a la independencia desde ahora por medio de conversaciones entre países civilizados como son, y han de serlo, España y Canarias. España con su representación oficial que señale el Monarca; Canarias, con una selección de patriotas que se tendrá que hacer, en la que jamás podrá haber militantes o dirigentes de los partidos estatistas y muchísimo menos de un partido traidor al pueblo como CC. Nos detestamos a nosotros mismos por haber aconsejado en el pasado para esta alta misión a una figura que es la figura más negra de Canarias. Y amén.