YA HEMOS demostrado, mediante distintos análisis, que en Canarias hay suficientes recursos económicos no solamente para que no existan las penurias actuales, sino para vivir dignamente, como en los países más avanzados del mundo. De igual manera hemos expuesto cómo se debe proceder a una distribución más justa de la riqueza, además de cómo generar empleo y más riqueza. Entonces, la peor crisis que padecemos no es la económica sino una aguda crisis política y social, pues la gran mayoría de los gobernantes no solo no administran debidamente los recursos económicos públicos, sino que su mal ejemplo repercute negativamente en buena parte de la sociedad. No demuestran tener vergüenza alguna por su forma de actuar, principalmente en lo que a sus bolsillos se refiere. Carecen de moral, de valores humanos.

Una sociedad no puede prosperar con políticos que no atienden sus obligaciones, y mucho menos si cobran salarios altos y disfrutan de enormes privilegios. Si se bajaran los sueldos hasta un cincuenta por ciento y eliminaran el lujoso tren de vida que llevan, quedaría suficiente dinero para al menos evitar los recortes sociales y que casi un tercio de la población continúe viviendo bajo el umbral de la pobreza. Y lo más indignante es ver cómo actúan impunemente. Mienten y se burlan de los ciudadanos, especialmente con promesas electorales que no cumplen.

La mayoría de los ciudadanos echa en falta un sistema judicial menos permisivo con los gobernantes y maleantes, pues la justicia debe actuar al margen de la política, como se supone que lo debe hacer en un Estado de derecho, donde existen los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, por separado, como propuso Montesquieu. Un sistema judicial que actualmente también está en crisis debido a las interferencias políticas de las que es objeto o de iniciativas parlamentarias que condicionan la aplicación de las leyes en su justa medida. Y, desgraciadamente, en Canarias la justicia funciona mucho peor que en España, debido a nuestra condición colonial. Recordamos también que recientemente se ha publicado que CC es el segundo partido más corrupto del Estado español, después del PP.

Por si fuera poco, padecer una crisis política, social y judicial, el pueblo canario sufre una enorme crisis de identidad; algo sumamente grave, ya que cuando un pueblo pierde su identidad, pierde el rumbo y queda totalmente desamparado, máxime un noble pueblo como ha sido tradicionalmente el nuestro, además de estar fuertemente colonizado desde los años sesenta del pasado siglo. Y lamentablemente, los políticos que le hacen la finca canaria al Gobierno de España siguen contribuyendo a la pérdida de identidad de los canarios. Esos medianeros no defienden los intereses generales de Canarias, como dicen y quieren hacer creer. En contraposición, defienden sus intereses particulares y no se someten voluntariamente a que les investiguen su patrimonio económico y el de sus familiares más cercanos. Se refugian colaborando con quienes nos explotan colonialmente, al tiempo que mantienen al pueblo desorientado y con una identidad confusa, en vez de utilizar la Televisión Canaria como herramienta de formación.

La educación en Canarias ha dejado mucho que desear referente a nuestra historia e identidad, pues paulatinamente se han ido reduciendo o eliminando los pocos contenidos que ya se impartían desde finales de los años setenta. Esta ha sido, y sigue siendo, la principal labor de los que tienen la desfachatez de llamarse nacionalistas, principalmente la del presidente del supuesto Gobierno canario. Es evidente que es un colaboracionista, un verdadero agente del Estado español, pues de lo contrario se esforzaría en aplicar políticas educativas favorables a los canarios. Fernando Guanarteme, el rey indígena de Gáldar, con su traición a los suyos durante la cruel conquista de los españoles, fue un angelito en comparación a la forma de colaborar del actual capataz de la finca.

Es intolerable que teniendo en Canarias una renta por habitante en torno a los 20.000 euros anuales estemos tan mal económicamente. Por consiguiente, lo repetimos, la peor crisis que padecemos no es la económica. Y más intolerable todavía es que no se fomenten sectores productivos como los de la agricultura, ganadería y pesca, pues ello perjudicaría el gran negocio de las importaciones. Pero esta es la realidad, la triste realidad que soportamos por culpa de políticos ineptos que ni siquiera administran debidamente los recursos existentes. Políticos que en las recientes elecciones le ocultaron al pueblo que la situación económica no iba a mejorar. Por ello necesitamos un Estado propio con una constitución ejemplar y un código de leyes justas para disfrutar de soberanía y progreso.

Canario (MP)

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