LA PRESENTACIÓN de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales no ha sentado nada bien al Partido Popular. No en vano es un político experimentado como ministro de Educación, ministro de la Presidencia, portavoz del Gobierno, portavoz parlamentario del PSOE en el Congreso de los Diputados, ministro del Interior y vicepresidente primero del último Gobierno, cargo este que abandonó recientemente para dedicarse de lleno a recorrer España como candidato explicando su programa electoral. Poco ha tardado el Partido Popular en recuperar el caso Faisán, con el que Rubalcaba nada tiene que ver, pero, claro, algo había que decir para confundir, cuando es un asunto que se está investigando judicialmente, aunque así de pronto me parece disparatado que unos policías colaboren con ETA, cuando es uno de los colectivos víctimas de la violencia de la banda. Al fin y al cabo todos los terroristas implicados en ese presunto chivatazo están detenidos. Pero, en fin, dejemos que actúe la justicia.

En esta etapa democrática, dos han sido los presidentes que ha tenido el PSOE, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Rubalcaba, que ha trabajado con ambos, aspira a ser el tercero. Una crisis económica que, como a toda Europa y al mundo entero, nos está golpeando duramente, y sus efectos son demoledores y profundos, lo que no quita para que evitemos que su resultado sea una sociedad más injusta, insolidaria y excluyente. Por ello el nuevo candidato anuncia su proyecto de promover el tránsito hacia una nueva economía, más productiva, sana y equilibrada, capaz de crear empleo y de garantizar la igualdad de derechos y oportunidades. Ya el PSOE tiene experiencia en este sentido cuando ha impulsado las grandes transformaciones que ha sufrido nuestro país, primero con el cambio de la dictadura a la transición y la democracia, y después con las marcadas reformas sociales.

Rubalcaba se muestra convencido de que cambiará las encuestas con el objetivo de ver en España un nuevo gobierno socialista. El candidato del PSOE afirma que el anuncio del impuesto a la banca no es demagogia, y al referirse al copago sanitario lo descartó por completo, apostando por hacer un gasto más eficiente en la sanidad pública, y asegurando que no apoyará medidas de privatización. Poco a poco habrá que estar atentos a los anuncios que vaya haciendo para conocer su proyecto electoral.

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