Hay una diferencia esencial entre escribir una novela y un guión de cine. En una novela se puede narrar que el protagonista huye campo a través perseguido por quinientos facinerosos. El asunto se complica, empero, en el cine. Rodar una escena con quinientos extras presenta dificultades a menudo insalvables para el presupuesto. Eso lo saben los buenos guionistas y hasta los malos escritores de novelas.

Valga este prolegómeno para subrayar que alguien ha escrito un guión perfecto para que el nuevo Gobierno de Canarias, el que se forme dentro de unos días o cuando toque, tenga una cobertura radiofónica, ¿cómo decirlo?, ¿a su servicio? No hombre, no; nada de eso. Desde el primer momento me dijeron que el reparto de las nuevas emisoras se ha realizado siguiendo estrictos criterios técnicos. Claro que sí. Por eso han dejado fuera a esta Casa; es decir, al principal grupo de comunicación de Canarias. Pero no quiero caer en el chauvinismo. Viendo la lista de adjudicatarios, acabo de entender que empresas como la Ser, la Cope e incluso Onda Cero tampoco saben elaborar un proyecto de radio capaz de superar los estrictos estándares de calidad impuestos por el Gobierno de Canarias. Bueno, el Gobierno de Canarias, no; dejémoslo en su presidente y en su asesor áulico para estos menesteres. Sea como fuese, un presidente en funciones y aspirante a renovarse con la ayuda quienes hasta hace unas semanas lo ponían a caer de un burro a él y todo su Gabinete vernáculo y archipielágico. EL DÍA, la Ser, Onda Cero y otras empresas radiofónicas de reconocida solvencia, lo repito, a cargo todas ellas de profesionales con larga experiencia en el medio, no han estado a la altura requerida. Sí lo han estado, en cambio, otras mercantiles; algunas pertenecientes a amigos del alma. Veintisiete pedidas y veintisiete obtenidas. ¿Pleno al quince? No, todavía más: pleno al 27. Quien tiene un amigo, tiene un tesoro. ¿O no? Bien es verdad que tampoco hace falta, eso parece, ser muy amigo de alguien para pedir 35 licencias de frecuencia modulada y conseguir 32. O lograr todas las que le han dado a una empresa radicada en Madrid, pese a que su única actividad radiodifusora en el Archipiélago es emitir la música que pincha un ordenador desde la Villa y Corte. ¿La cuota peninsular del tinglado? En cualquier caso, así se hace patria; así se minora un gigantesco guarismo de 300.000 parados en las Islas; así se consigue soslayar la dura situación económica que padecen todos -sin excepción- los medio de comunicación regionales.

No descubro nada nuevo al escribir lo que escribo. Esto lo saben hasta los chinos de Cuenca; suponiendo que haya chinos en Cuenca, naturalmente, aunque supongo que sí. El caso es que, chino, payo, flaco o lo que sea, a alguien le ha tocado la lotería, la bonoloto y la primitiva el mismo día. Habida cuenta de que es imposible poner en marcha 27 ó 32 emisoras, muchas de las licencias en principio otorgadas pronto serán puestas en la almoneda donde alguien venderá y alguien comprará. Ya tuvo que pasar por caja en su día Onda Cero, por ejemplo, tanto en Andalucía como en Asturias, donde un concurso similar también los dejó en cero patatero. Y es que el nacionalismo canario, por no ser, ni siquiera es original.