MIENTRAS los socialistas canariones, bajo el caudillaje dictatorial de don José Miguel Pérez, se lían a la greña con los socialistas de Tenerife por un quítame allá un pacto con CC, que los chicharreros rechazan porque quieren aliarse con el PP, en La Gomera, otro socialista, que no es de esta cuerda, Casimiro Curbelo, ya encaramado en la Presidencia de aquel Cabildo por reelección, empieza a trabajar, que es lo suyo, al entrar en vigor el Plan Insular de Ordenación General de la Isla, que, en la sopa de letras, tiene un nombre que no suena bien del todo, PIOG, pero que hará cambiar a la Isla en lo positivo, porque, con una duración de quince años, agilizará el desarrollo de La Gomera en lo que respecta a actividades turísticas, agrarias, pesqueras, industriales y comerciales, lo que significa un verdadero desarrollo integral, cuya vertebración corresponde a ese plan no solo aprobado, sino ya en vigor, coincidiendo, casualmente, con el fin de los comicios del 22-M.

El texto del plan ha sido publicado en el Boletín Oficial de la Provincia y ya los responsables de llevarlo a cabo pueden empezar a trabajar, porque todo está escrito, y ahí ya figuran, para ser utilizados, los recursos naturales de la Isla, que son los ejes centrales del plan junto con la diversificación de la economía insular, la coordinación de administraciones, los programas de ordenación territorial, las cuestiones medioambientales y todos los muchos asuntos que comprende un documento de esta clase y de este contenido.

No sé si las administraciones de las otras islas han iniciado ya su trabajo postelectoral, si es que se han constituido las corporaciones, muchas de ellas pendientes de los pactos, con los candidatos elegidos el 22 de mayo, pero en La Gomera, donde no ha habido ni pactos ni discusiones entre partidos, como ha ocurrido en Tenerife y en Gran Canaria, los políticos elegidos, en vez de discutir, se han puesto a trabajar, que es lo que importa, y pronto, por lo menos mucho antes de lo que en otras islas ocurre, ya tendrán adelantados sus programas cuando los demás siguen o inactivos o discutiendo aún los acuerdos para disponerse a gobernar y recuperar el tiempo perdido en las respectivas campañas electorales, en las que se va un tiempo irrecuperable a veces.

Insisto con el casi ejemplar caso de La Gomera, donde Casimiro Curbelo no cambió su costumbre de no descansar en sus gestiones y en la preparación y ejecución de sus planes, que no son, en su mayoría, nuevos, sino una continuación de lo que ya está hecho o se está haciendo aún en estos momentos. Esta, y ya lo he dicho otras veces, es la forma de trabajar de Curbelo, y los electores han sabido agradecérselo, dándole sus votos, con los que, de nuevo, ha sido nombrado presidente del Cabildo para otra legislatura, para la cual presenta un programa tan prometedor o más que el anteriormente realizado. Por la parte que me toca, como gomero que soy y como lo aprecio y admiro, mis felicitaciones al muy querido paisano y amigo.