CANARIO, cambia. Prueba la libertad. El cambio fue el lema de los socialistas de Felipe González. Alfonso Guerra dijo que iban a cambiar tanto a España, que al final no la reconocería ni la madre que la parió. Ese cambio se produjo. Muchos confiaban en él. Sin embargo, hasta el propio Alfonso Guerra nos salió rana. El cambio no fue el que se esperaba. Pero el cambio que prometemos los patriotas canarios será auténtico y permanente. Porque queremos que esta tierra vuelva a ser de los canarios, que son sus auténticos dueños, y que lo sea para siempre. Lo repetimos: de los canarios, no de los españoles sinvergüenzas, descendientes de los adelantados y tropas mercenarias españolas, igualmente sinvergüenzas, que atacaron a un pueblo indefenso. A un pueblo que poseía -lo hemos dicho en múltiples ocasiones- sus estructuras familiar y social. Un pueblo al que masacraron y esclavizaron.

También hemos manifestado muchas veces que nada podemos esperar de los partidos estatistas PP y PSOE a la hora de conseguir nuestra libertad; a la hora de obtener la soberanía nacional canaria. Esas formaciones quieren mantener nuestra dependencia colonial de la metrópoli española, a la vez que fomentan los intentos de supremacía de la tercera isla sobre las demás, pues sus principales sedes regionales las tienen en Las Palmas. De eso, y de su españolismo rancio, se valen los políticos y dirigentes canariones para usurpar lo que les corresponde por derecho a las demás islas. Es de lo único que pueden echar mano, pues carecen de todo lo demás. Las Palmas no puede ser una capital cultural europea porque, ni tiene cultura, ni es una ciudad europea. Las Islas Canarias forman un archipiélago africano. Admitimos, por obvio, que nuestra cultura es europea; es irlandesa, inglesa, portuguesa, italiana, germana y española. Pero eso no significa que una ciudad canaria sea capital de la cultura europea. Ya dijimos el otro día que Sydney, por ejemplo, posee una cultura originariamente anglosajona, de la misma forma que Lima o Bogotá tienen unas indudables raíces culturales españolas. Pero ni Sydney está en Inglaterra, ni Bogotá en España. Por lo tanto, resultaría absurdo considerarlas como capitales culturales europeas. El caso de Las Palmas es exactamente igual, con la agravante de que, además, carece de cualquier mérito cultural por mucho que sus dirigentes, y hasta sus vecinos más chauvinistas, estén presumiendo de que han quedado finalistas en la selección final.

En el pasado hemos apoyado a las Agrupaciones Independientes de Canarias y a Coalición Canaria porque estábamos convencidos de que estos nacionalistas luchaban por la libertad de nuestra tierra. Con este último partido nos hemos llevado una gran decepción. Sabemos que hay auténticos nacionalistas en sus filas, y los respetamos. No obstante, la mayoría de los que militan en CC mienten cuando dicen que son nacionalistas, porque no lo son. No lo son porque Coalición Canaria se ha convertido en otro partido estatista que apoya a Zapatero y a los partidos del Estado español. Don Paulino Rivero afirma que Zapatero cumple sus compromisos con Canarias. Falso. El principal compromiso, y al mismo tiempo es la principal obligación, de un presidente del Gobierno de España es devolverle a los canarios lo que les fue robado hace casi seis siglos: su tierra y su libertad.

Decepcionados ante este falso nacionalismo de CC, hemos decidido, y así lo hemos expresado, decantarnos por los auténticos patriotas. Optamos por políticos inteligentes que saben lo que es su patria y, más aún, saben como defenderla y conseguir lo mejor para sus conciudadanos. Saben lo que es la economía y conocen las posibilidades de nuestra tierra. Saben que gran parte de nuestros recursos se los está mamando España, ahora mismo con la campaña de la renta que ya está en marcha. Se llevan nuestro dinero por la fuerza con impuestos, con multas y con todo lo que rapiñan en la calle. Ojalá sea este el último año en que la Hacienda española se lleva nuestros recursos.

Canario, no puedes permitir que te sigan despojando de lo que te pertenece cuando tus compatriotas están pasando hambre. No hay derecho que miles de isleños dependan de la caridad de familiares y personas generosas para comer, cuando las mesas de los peninsulares están surtidas con el esfuerzo de los hombres y mujeres de esta tierra.

Canario, prueba el cambio; vota por tu patria. Vota por tener una Justicia justa que te haga justicia, no una Justicia politizada, vengativa, corporativa y radicada en Las Palmas. Vota por tener una nueva política a manos de nuevos políticos que defiendan lo que es tuyo y te restituyan lo que siempre te ha pertenecido: tu tierra y tu libertad.