ESTE PERIÓDICO titula la información correspondiente "Un aparcamiento con enchufe", en su número del domingo pasado, día 10 de abril. Y no sé por qué me parece que se atisban los principios de una especie de guerra comercial entre las refinerías de petróleo y las empresas que suministran energía eléctrica, en el caso concreto de Canarias, la industria de refino que hasta ahora ha sido de Cepsa y que, al parecer, ha cambiado de dueños por venta de acciones, según comenté en esta columna no hace mucho, y la muy conocida empresa española Unelco-Endesa.

Hace unos meses, este periódico publicó, en una información sobre el tema de suministro energético, unas declaraciones del actual director de la Refinería de Santa Cruz, en las que este señor mencionaba de pasada pero sin profundizar en la cuestión, detalles relativos a la aparición de los nuevos automóviles que, en lugar de utilizar gasolina o gasoil en los clásicos motores llamados de explosión, utilizarían energía eléctrica, en baterías recargables.

Ya algunas fábricas de automóviles, como la japonesa Toyota, han sacado al mercado coches impulsados por motores mixtos de combustibles, o más propiamente, dos motores, uno de derivados del petróleo y otro eléctrico. Y la misma empresa de transportes del Cabildo, Titsa, ha traído a Tenerife varios autobuses con motores de gasoil y eléctrico, que ha puesto en servicio, como prueba, en La Laguna y, según tengo entendido, han funcionado satisfactoriamente, y Titsa se propone traer más autobuses mixtos para Santa Cruz y otros servicios.

Las mejoras son evidentes en cuanto a tracción que, cuando menos, igualan a los motores impulsados con combustibles. Pero donde se consigue un mayor éxito es en la emisión de gases, en especial de anhídrido carbónico que pasa a la atmósfera y que, entre otras cosas, da lugar a ese cambio climático con el que se está luchando actualmente en todo el mundo. Está también la toxicidad de los gases de los motores de gasolina y gasoil, con gran contenido de CO2, perjudicial para la salud humana. Y si, encima, puede abaratarse el suministro, que es un renglón importante, queda justificado el cambio que se avecina.

Es natural y se explica que la industria del petróleo luche por el sostenimiento de sus ventas, porque si todos los motores de automóvil se fabrican eléctricos, las refinerías verán bajar sus ventas hasta que llegue un momento en que tienen que cerrar y, lógicamente, a esto se resisten las grandes y multimillonarias firmas comerciales.

Aunque no se anuncian aún debidamente, debe de haber por ahí algunos puntos donde se carguen las baterías de consumo energético de los automóviles porque, aunque pocos, algunos coches de esta clase funcionan en Tenerife, entre ellos, las guaguas que cité de La Laguna. Lo que parece raro es que, en la misma acera a la que da el frontis del edificio donde están instaladas las oficinas de Unelco-Endesa, en la calle J.R. Hamilton, de Santa Cruz, haya colocado esta empresa un "enchufe" para que los coches carguen su batería. Esperaba que esos enchufes se colocaran en las estaciones de servicio, que adquirir un motor que emita y suministre energía eléctrica no es tan difícil y tan caro. Y da la casualidad de que un servidor reside en un piso del mismo edificio. Se tropieza, eso sí, con una señal que aísla un pedazo de acera, pero hasta ahora no he visto ningún coche que haya aparcado ante el tal enchufe para suministrarse de energía eléctrica y, la verdad, no creo que el punto de suministro esté bien situado para su uso, ni estratégicamente ni prácticamente. Dicho con sinceridad y sin que haya crítica por medio.