1.- Los medios de comunicación españoles, fundamentalmente los canales de televisión, nos están ofreciendo la guerra de Libia como una guerra hortera. Quiero decir que las cámaras solo captan la chatarra de los tanques y una multitud de desalmados, de uno y otro bando, que circula en coche y atropelladamente por una carretera muy recta. Unos van y otros vienen, por lo que no se sabrá nunca quiénes son los que se dirigen al campo de batalla y quiénes los que se baten en franca retirada. Se trata de una tropa infame y mendicante que habla atropelladamente y no deja de disparar al aire. Cuando a los aguerridos soldados se les encasquillan los Kaláshnicov, los manipulan con tremenda impericia; y estoy seguro de que, producto de ese torpe manejo, se ha ido derechito al hoyo más de un curioso espectador. En la guerra de Libia todos corren, ya digo que en cualquier dirección; se dispara a enemigos camuflados en el desierto y mientras las fuerzas aliadas, a través de sus portavoces, anuncian grandes victorias, los corresponsales de guerra, situados al borde de la carretera, viendo pasar al ejército de Villa a su lado, solo que en coche y no a caballo, nos informan de todo lo contrario; de que los rebeldes no dan una. Y, además, no tienen armas.

2.- Ante la escasez de imágenes, las televisiones ofrecen crónicas de hoy con filmaciones de ayer y anteayer. Llevo días escuchando al mismo beduino gritar destempladamente y al mismo mutilado desangrarse en un hospital y a la misma tropa de Gila salir disparada, autopista a través, con rumbo a ninguna parte. Además, ya la CIA ha informado de que miembros de Al Qaeda se han infiltrado entre los rebeldes, lo que deja al tal Obama con el culo al aire, porque USA y la OTAN están apoyando a esos precisamente. Yo creo que lo de Libia no es una guerra civil, sino una batalla de sinvergüenzas.

3.- Lo peor del conflicto libio no es el trajín de estos días, ni siquiera Gadafi, loco como una cabra, dando berridos desde las ruinas de su jaima; lo peor es lo que pasará cuando Gadafi caiga, si cae. Porque podemos tener un Estado controlado por BinLaden a cien millas de Italia. Si las cosas se van a hacer tan mal como en Irak, donde todavía se sigue matando gente diez años después de la guerra, apaga y vámonos. Porque estas revueltas contra los dictadores no son gratis. Detrás hay una moneda de tremendo valor: el petróleo. Si sale bien, todos se colgarán medallas; si sale mal, se echarán las culpas unos a otros. Lo de Libia saldrá mal.

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