EL NÚMERO de parados registrados en Canarias en las oficinas de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) en el mes de febrero aumentó en 2.865, lo que suponía un crecimiento del 1,1% respecto al mes anterior, según los datos facilitados en su momento por el Ministerio de Trabajo e Inmigración. Con esta cifra, el número total de desempleados se situaba en los 261.176 trabajadores, a los que habría que añadir las cantidades ingentes que surgen de los defectos de contabilización oficial y de los que, considerados autónomos, están en el limbo, dique seco o aurora boreal. Así y todo, en términos interanuales el paro declarado de febrero aumentó en 3.237 personas, lo que representaba el incremento de un 1,2% respecto al mismo periodo del año anterior.

Sucediendo en un contexto de reactivación del sector turístico, en el que pronto alcanzaremos los trescientos mil visitantes añadidos con respecto a 2010. Con aumentos importantes en las reservas y previsiones y con cifras apuntaladas por las revueltas en el norte de África ya consolidadas en crecimientos contabilizados por encima del 12% en enero y del 22% en febrero.

Podemos, pues, decir tranquilamente que el paro todavía aumenta cuando el número de pernoctaciones y actividad turística se acelera visiblemente. Habían manejado la cifra de que por cada cien mil visitantes de más se creaban como mínimo 2.500 puestos nuevos de trabajo, cuando eso ni por asomo se observa por ningún lado.

Corresponde, pues, asumir que las estructuras del sector tardan un tiempo en madurar las necesidades mayores de trabajo. Poco a poco, ya hay algunas cadenas que han comenzado a incrementar sus plantillas, aunque de momento no se traduce en reducciones significativas de los porcentajes.

Y es que aquí es donde quiero ir. Con un solo motor funcionando, aunque sea mejor su evolución, predicción o perspectiva, no vamos a ningún lado. Leche machango. No corresponde de ninguna manera echar las campanas al vuelo. Con ese repunte no es suficiente. Primero porque no va a revertir de inmediato; segundo porque está bichado hacia el exterior; tercero porque lo que traslada, y cada vez más, es miseria -en el sentido de gasto ajeno a los recintos acotados y contratados-, y cuarto porque depende de muchos factores y de mucha infidelidad de base, interesada siempre, como es lógico.

El sector de la construcción prácticamente ha desaparecido, y el sector primario se defiende contra la pared y en retirada en un modelo europeo que no los quiere y que además otorga a la industria canaria una pírrica participación en el PIB.

Las cosas no cuadran. La economía canaria no es, como antiguamente, un pequeño velerito que por el viento se mueve en el mar, ahora ya es un pesado buque con estructura y calado que no se dejará arrastrar por las brisas sin que todos rememos hacia adelante.

¿Cómo se come que los salarios que se pagan en Canarias con datos al cierre del año pasado sean, con diferencia, los más bajos del Estado? La media en las Islas se situó en los 1.608,90 euros al mes -País Vasco (2.371 euros), Madrid (2.268,79), Navarra (2.174,23), y aun así ya muchos los quisieran- (incluido sueldo base, complementos, pagos extraordinarios, etcétera), lo que de hecho implica un recorte del 1,5% respecto a 2009, dato que contrasta con la inflación del 2% registrada en el mismo intervalo. El pasado fue el primer año en el que descendieron los costes salariales en Canarias, de acuerdo con la serie histórica que publica el INE, que arranca en 2000. A nivel estatal, sin embargo, se mantuvieron prácticamente invariables, en 1.992,90 euros, de los que 1.608,64 corresponden al sueldo base del trabajador. Tanto que según esos mismos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Archipiélago desbancó en el cuarto trimestre de 2010 a Extremadura como la autonomía con menores salarios.

Es decir, que vemos un notable aumento de producción de la que llamamos la principal industria del Archipiélago cuando paralelamente en el tiempo sigue subiendo el desempleo, sucediendo en un sitio donde los sueldos son los más bajos del Estado y, lo que es peor, empeorando.

A ver cómo se come esto, y nunca mejor dicho, porque el índice de miseria en Canarias alcanza el 30,61%, según desvela el estudio "Avance del mercado laboral Afi-Agett". Además, es la comunidad que más ha aumentado el indicador, con 15,7 puntos.