POR PURA casualidad, en la misma página y uno debajo del otro, aparecen publicados en el número de este periódico correspondiente al miércoles 16 del actual mes de marzo un artículo en la sección "La Media Columna", que firma este periodista, y otro que firma el presidente del partido Centro Canario Nacionalista (CCN), Ignacio González Santiago, quien también es concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Santa Cruz. Y pido perdón por el orden en que los he citado, pero es que así vamos situados en el periódico, o sea, que no me vale aquello del dicho de "el burro delante...".

La otra casualidad es que un servidor tituló su artículo "Julio Pérez, el mejor alcalde para Santa Cruz", y el concejal González Santiago lo tituló "Otra razón para no votar a Julio Pérez". Y aunque los malpensados sospecharán lo contrario, ni González ni un servidor sabíamos lo que iba a escribir el otro.

Yo dije en el artículo lo que sinceramente creo de Julio Pérez Hernández, a quien casi vi nacer porque conocí y tuve amistad y afecto con sus padres antes y después de contraer matrimonio y, puede decirse, toda la vida. Seguí los pasos del niño, del muchacho, del estudiante y hasta del periodista, porque Julio, ya abogado, con las mejores notas y la admiración de sus profesores, se licenció en las primeras promociones de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y realizó las primeras prácticas en este periódico trabajando conmigo cuando yo era redactor-jefe del diario y el malogrado Ernesto Salcedo, que también admiraba y quería mucho a Julio, dirigía el periódico. Como profesional del Derecho, también admiré a Julio Pérez Hernández, quien, con su despacho, fue abogado de la Asociación de la Prensa, de la que yo era entonces presidente y hoy sigo ostentando la Presidencia honoraria.

Como también sinceramente admiro a Ignacio González Santiago como político, como gestor y como persona, estoy seguro de que si conociera a Julio Pérez como yo lo conozco y echara a un lado la política bastante rastrera de la que es partícipe, en primera línea, el canarión fascistoide don José Miguel Pérez, quien, en vez de favorecerlo, perjudica a Julio, acabaría por entenderse, y hasta coincidir en muchas cosas con Julio porque dos buenos políticos y dos personas inteligentes y altamente formadas en materias fundamentales están obligados a coincidir. Yo, llegado el caso, podría presentar a Ignacio y a Julio, porque creo que podrían hacer muchas gestiones comunes en el camino de mejorar esta región en vez del enfrentamiento actual por razón de unas simples elecciones que, a la postre, serán una lotería.