POR FIN, después de muchas conversaciones, nos hemos puesto de acuerdo. El Congreso Federal del CCN, que se celebró a principios del 2008, hizo un llamamiento público a la paz nacionalista y me encomendó, como presidente federal, la entonces aparentemente imposible tarea de hablar con todos los partidos nacionalistas, para reconstruir la rota unidad nacionalista.

Y lo hice. Primero, por separado, y luego, juntos. Las conversaciones fueron fluidas con todos, aunque desde el principio me di cuenta de que iba a ser muy difícil que CC y NC pudieran superar sus diferencias, porque estas no eran políticas sino personales, lo que nos colocaría a los nacionalistas centristas en una delicada y dolorosa situación, al obligarnos a elegir pactar con uno de ellos si no conseguíamos ponerlos de acuerdo a los dos.

Lo intentamos hasta el final. Ya con las elecciones encima, insistimos en una gran coalición nacionalista, pero fue imposible. Y al final, como nos temíamos, tuvimos que elegir y lo hicimos pensando en sumar, no en dividir aún más el nacionalismo canario, pensando en el futuro, no en el pasado, y dejando las puertas abiertas a NC.

Decidimos apoyar a la formación nacionalista más fuerte, CC, para fortalecerla aún más, ante unas elecciones especialmente difíciles para los nacionalistas, porque, aunque sean municipales, se desarrollarán en clave nacional por la gravísima situación económica del país.

El paso dado por el CCN es muy importante para la unidad del nacionalismo canario, pero insuficiente, ya que faltan aún los compañeros y compañeras de NC, aunque esa tarea habrá que hacerla después de las elecciones.

Dije, cuando inicié las conversaciones con los demás partidos nacionalistas, que el nacionalismo canario no concurriría nuevamente dividido en tres pedazos, CC-PNC, NC y CCN, como en el 2007, a las próximas elecciones autonómicas, que esta vez sólo se presentaría una formación nacionalista o como mucho dos, pero nunca tres. No era una premonición infundada sino la expresión sincera de nuestra voluntad inquebrantable de llegar hasta el final en el proceso de reunificación del nacionalismo canario.

Los nacionalistas centristas hemos demostrado con nuestro ejemplo, una vez más, que la unidad nacionalista no sólo es posible sino, además, necesaria, y por lo tanto, inevitable. El CCN gobierna en estos momentos en Telde con NC y en Santa Cruz de Tenerife con CC, y en ambos municipios los pactos han funcionado muy bien.

Los nacionalistas debemos de ser capaces de pactar entre nosotros, porque defendemos lo mismo, Canarias, y podremos hacerlo mejor si somos más fuertes. En virtud del acuerdo alcanzado, CC y CCN concurrirán juntos a las próximas elecciones autonómicas. Además, intentaremos llegar a acuerdos en otras instituciones, sin forzar más de la cuenta, pero avanzando en un camino que debe llevarnos pronto a la confluencia política de ambas organizaciones.

El nacionalismo canario será más fuerte a partir de las próximas elecciones, lo que es una gran noticia para Canarias, porque para los nacionalistas, Canarias es el cien por cien; al contrario que para el PP y el PSOE, para los que sólo representa el cinco por ciento de la población total de España.