EL CONCEJAL responsable de la actividad turística del Ayuntamiento de Adeje, don Miguel Ángel Santos, al que conocí hace años, pude conversar con él y me causó excelente impresión por sus conocimientos en la materia de su competencia y por la buena labor que estaba llevando a cabo, ha hecho unas declaraciones en las que manifiesta su preocupación por la situación crítica por la que están pasando las comunicaciones aéreas con Tenerife, ya que el aeropuerto del Sur podría perder, en el próximo verano, unas 179.000 plazas de avión, según afirman fuentes competentes.

Asegura el edil del Ayuntamiento adejero que esta situación, tal como se prevé, es alarmante y constituye un disparate del cual se ignoran los alcances, pero puede ser muy negativo para el desarrollo del dispositivo aeroportuario. Estima el concejal que hay que buscar la forma de que el decreto regulador de las bonificaciones de las tasas aéreas ayude por igual a todas las compañías pero, especialmente por la a veces menor consideración que, inexplicable e injustamente, se tiene con las que efectúan vuelos regulares. Afirma el señor Santos que, a pesar de propagar todo lo contrario, las empresas de líneas aéreas se están retirando, poco a poco, ostensiblemente, del aeropuerto Reina Sofía y solicita el edil, para poner orden y concierto en estas posibles irregularidades o malentendidos, una reunión urgente de representantes del Gobierno de la nación y del Gobierno de Canarias, en la que también tomen parte los ejecutivos de las corporaciones municipales y los empresarios de la zona Sur y de otros lugares de la Isla perjudicados, ante el temor a cosas peores que las actuales que pueden producirse si no se toman urgentemente medidas. Estos temores los ha comunicado el concejal de Turismo de Adeje al Cabildo Insular de Tenerife para que esta corporación influya en acelerar la reunión que el concejal propone y solicita.

La zona Sur de Tenerife suele recibir, anualmente, unos tres millones y medio de turistas y Adeje y Arona cuentan con una población media residente, en especial de turistas, de 125.000 personas, y sería imperdonable que, por dejación o por falta de interés para hacer las cosas con razonable ecuanimidad, se produzca una retirada de las empresas de líneas aéreas tantos años fieles al Reina Sofía, por causa de desigualdades de trato y preferencias irrazonables a compañías de bajo coste en comparación a las de vuelos regulares, que han sido las que han sostenido, desde hace muchos años, el tráfico con el aeropuerto del Sur, tanto en los buenos como en los malos tiempos. Las consecuencias de lo que está por venir si no se reacciona a tiempo las sufrirá no solo el personal del aeropuerto, en el que pueden producirse bajas y, naturalmente, paros por supresión de puestos de trabajo, sino también en las empresas hoteleras de todo el Sur de Tenerife que sostienen una plantilla laboral quizás superior a la de la zona Norte. Estas empresas esperan esa reunión que solicita con urgencia Miguel Ángel Santos.

O jugamos todos a recomponer lo que se pueda o rompemos la baraja, teniendo muy en cuenta que aquí se juega, prácticamente, con el ser o no ser de todo un aeropuerto que costó muy caro hacer y sigue costando mucho sostener; de miles de trabajadores no solo del dispositivo aeroportuario, sino también de los numerosos establecimientos que viven del turismo en esta y en otras partes de la Isla, porque muchos visitantes no se quedan, precisamente, en el Sur. O sea, la cosa va por todos.