1.- De la querella presentada por el inspector del CNP Vargas Tolosa contra un periodista al servicio del PSOE, un inspector-jefe y dos jefes de grupo de la Brigada de Información de Las Palmas, y que ha sido admitida a trámite, se pueden sacar varias conclusiones. La primera es que existe, o al menos existió, una mafia político/judicial/policial/mediática en Canarias, como bien indica esta semana el boletín "Canarias Confidencial", que publica la primera parte de la querella (la segunda, la próxima semana). Si se confirmaran el texto de la querella y las acusaciones que en ella se vierten, pobres de nosotros si alguna vez cierta policía pone los ojos en nuestros cuerpos serranos. Es curioso que todo coincida con la tenebrosa estancia en Canarias del comisario socialista Narciso Ortega y del hoy eurodiputado López Aguilar. No los acuso, solo advierto de la coincidencia. Cuando se utiliza (supuestamente, por parte de los querellados) a los jueces para sustentar la difamación, cuando se producen detenciones en base a pruebas falsas y cuando se filtran a la prensa los secretos del sumario para quitar la fama a personas indefensas, e incluso para intentar condenarlas, se está haciendo un flaquísimo favor al Estado de derecho. Líbreme el cielo de caer en las manos de esos hombres sin piedad: periodistas corruptos, policías corruptos, políticos corruptos y jueces corruptos. Porque la corrupción no es sólo meter la mano en la lata del gofio: es también mentir intencionadamente, instruir sin tino, fabricar pruebas inculpatorias falsas, filtrar información prohibida y acusar en falso a un compañero.

2.- Si ustedes repasan la querella -los suscriptores de "Canarias Confidencial" son privilegiados- podrán leer muchas cosas expuestas explícitamente y también otras que se pueden deducir entre líneas. Las detenciones de los alcaldes de Telde y Mogán, la del empresario Santana Cazorla, las escuchas al fallecido presidente AdánMartín y a SalvadorIglesias, su jefe de Gabinete, hoy letrado del Consejo Consultivo, y las molestias, calumnias, insultos y vejaciones en la persona de JoséManuelSoria, líder del PP, no tienen parangón en la historia de Canarias. Quisieron hacer una causa general contra la oposición al PSOE, lo mismo que pretendieron construir otra causa general en el asunto de Las Teresitas, en el que pronto tendrán que exculpar a un montón de gente, ahora imputada con alfileres. No se sustenta el caso.

3.- Es mentira, absolutamente mentira, que Canarias sea una región corrupta. Hay gente corrupta, por desgracia. Pero la exclusividad de lo punible no la tienen Coalición y el PP. Y los ciudadanos lo saben. Y la prueba está en el batacazo que se darán los socialistas el 22 de mayo. Y ahí tienen los resultados de las encuestas. No somos bobos.