1.- Tantas veces se ha dicho que la memoria es la inteligencia de los torpes. Quizá. Pero lo cierto es que la nostalgia vende y de eso da fe la media docena de libros que he escrito para evocar las imágenes del pasado, con ventas que superaron los 30.000 ejemplares. Es como un milagro. He vendido tantos libros que me prometí a mí mismo no hacer más de esta serie (los tres tomos de Tenerife, qué añoranza; los dedicados al Puerto de la Cruz, Postales de nuestros padres, Paseando por el tiempo, El puerto (por el muelle) es lo primero, etcétera). Estos libros me reconciliaron siempre con mi pasado y con el pasado de mis padres y de mis abuelos e, incluso, con la memoria de mis más lejanos familiares, todos canarios. Disfruté escribiéndolos y disfruté aún más vendiéndolos con el entusiasmo que salieron de los escaparates. Incluso en cierta ocasión un profesor universitario se asombró, y lo hizo públicamente, de que El Corte Inglés, con la generosidad que siempre ha demostrado conmigo, montara aquellos maravillosos stands, que marcaron toda una forma de presentar un libro en las islas. No tendré nunca palabras suficientes para agradecer a ese caballero, a ese gran amigo que es su ayuda, su apoyo y su consejo. Ojalá todas las personas que vengan a Canarias a trabajar sean como él. Tendríamos unas islas mucho mejores.

2- Bueno, pues ahora la Televisión Canaria -ya lo está anunciando- prepara una serie que se va a llamar algo así como Memoria de un Archipiélago, cuyos contenidos son aún una sorpresa. Pero ustedes se van a asombrar de la nostalgia y las emociones que esas imágenes van a traslucir, cuando sean emitidas en la pequeña pantalla. Imágenes muchas de ellas inéditas, con evocaciones de lo que fuimos, prácticamente desde que nació el primer proyector de ocho milímetros. Y una pregunta inevitable: ¿eran más hermosas las Islas Canarias de antes o las de ahora? Cualquier tiempo pasado fue mejor, esta es la primera percepción. Pero yo prefiero las Canarias de ahora, amando profundamente a las viejas islas nuestras, a las de la mitad del siglo XX.

3.- En todo caso, una serie de quince capítulos que va a asombrar. No debo ofrecer más detalles, porque este programa se lleva muy en secreto hasta su estreno, a finales de este mes. Es cierto que la nostalgia vende. Que me lo digan a mí, que descubrí una mina que exploté muy bien y que, curiosamente, no ha encontrado imitadores. Ahora estoy ocupado en dos proyectos escritos (alguno más audiovisual): mis memorias y la tercera entrega de "El mago y su cuñado". Aunque ustedes no lo crean, las nuevas aventuras del mago me las piden por la calle. Suerte que tiene uno.