DICE este periódico, en su número del miércoles pasado, que los diferentes grupos que acudirán a las próximas elecciones bendicen el nombramiento del actual diputado del Parlamento de Canarias Juan Carlos Alemán para ser miembro de la Audiencia de Cuentas de esta comunidad autónoma. Los grupos son los del Partido Popular, Partido Socialista y Coalición Canaria. Y no me extrañaría que se adhiriera a esta bendición colectiva el Centro Canario Nacionalista, que es un partido muy serio, dirigido por gente igualmente seria y competente.

De esta forma, los grupos no izquierdistas solucionan un problema al PSOE, que no podía, por las buenas, meter a Alemán en un cargo que no es el de las listas electorales, que yo no sé por qué no lo incluyen como candidato, siendo un político tan competente y tan bien visto y aceptado, incluso por grupos de la competencia más bien derechista y centrista. Y es que Juan Carlos Alemán es un verdadero valedor para un partido que no lo merece y que, aunque muchos han rechazado el dictatorial mandato del secretario general en Canarias, José Miguel Pérez, que se ha cargado prácticamente al partido, otros le siguen y hasta le aplauden, en especial los socialistas canariones, a los que les facilita las tetas para que sigan mamando de ellas.

Como no llevo las cuentas de la política rastrera que se practica en nuestra comunidad, sé que Juan Carlos Alemán ocupó el cargo máximo del socialismo en la región, pero lo que no comprendo es que no siga ocupándolo si es uno de los socialistas más destacados, incluso en el terreno nacional. Tampoco me enteré a tiempo de por qué Alemán permitió que, primero, se dejara sustituir por el nefasto terminator y, posteriormente, por José Miguel Pérez, quien salió rana y aprovechó la desidia de unos y el papanatismo de otros, para hacerse con el poder desplazando a Juan Fernando López Aguilar, que ya representaba una ventaja evidente para el PSOE canario al quitarse ese gran peso de encima. Este triunfo perrero fue el que enalteció a Pérez ante los compañeros de partido, pero el sujeto se autoelevó por encima de lo serio y lo prudente y, en principio, dividió en dos porciones antagónicas al partido y veremos lo que va a pasar cuando se lleven a cabo los próximos comicios y, como ya he dicho, la mitad de los propios socialistas votarán contra la otra mitad, se abstendrán o darán su voto a otro partido que sea más serio, por ejemplo, la murga Ni Fu ni Fa, si se decide a presentarse, que no creo que se meta en estos fregados si tiene que ensayar para los venideros Carnavales.