Y TODAVÍA SE ATREVEN algunos a decir que no tenemos razón: 60.000 empresas y personas físicas de Canarias solicitaron durante el pasado año aplazar el pago de sus impuestos estatales. En total, unos 200 millones de euros. Casi nada. No sólo estamos colonizados, sino también saqueados por la Hacienda española. Hace tiempo que nuestro colaborador José Luis Concepción, presidente del Movimiento Patriótico, insiste en la enormísima cifra de lo recaudado por la Metrópoli a costa del sudor de los canarios, tanto en impuestos como en Seguridad Social. Eso causa que las familias y las empresas canarias estén cada vez más descapitalizadas, ya que su dinero se lo están llevando los españoles para darle de comer a sus hijos y alimentarse ellos mismos. Lo cual nos parece bien, pero siempre que no sea con los recursos que los canarios necesitan para no aumentar las colas del hambre. Porque en estas Islas, lo decimos un día más, hay hambre.

Ya no es sólo Zapatero el único culpable de la indigencia en Canarias. También lo son los tontos políticos de estas Islas que, renunciando a la defensa de su pueblo -el pueblo que ha votado por ellos y que pronto les exigirá cuentas-, permiten que los peninsulares arrasen con todo. No podemos olvidar que los invasores españoles llegaron a estas Islas en busca de oro. Como no lo encontraron, se apoderaron de las tierras de los guanches, a la vez que los esclavizaron y los vendieron en las Cortes europeas como ignominioso botín de guerra. Un delito de lesa humanidad que sigue sin castigo casi seis siglos después.

Canarias va a explotar porque la gente está hambrienta y el hambre no perdona. El abuso de los políticos de un lado, de otro y del otro ha llegado a tal extremo, que los ciudadanos están más crispados que nunca. No hace falta que los incite EL DÍA, según nos acusa un chulón capicúa al que pronto se le cortará la sonrisa por sus propias gracias, aunque en modo alguno puede ser gracioso alguien que únicamente sabe faltarle al respeto a las personas dignas. Nos puede desmentir la hez del periodismo, pero no la ciudadanía. Y la ciudadanía comenta por las esquinas que no podemos seguir así. ¿Hasta cuándo?, nos preguntamos. ¿Hasta cuándo?, le preguntamos también a usted, don Paulino. ¿Hasta que estemos todos en las colas de una ONG para que nos den un plato de comida al día? ¿Es así como quiere usted pasar a la historia? ¿Quiere que se le recuerde como el presidente que dejó sumido a su pueblo en la miseria? No por su incapacidad como gobernante, pues lo tenemos por persona seria y capacitada, sino por su infundado temor a expresar ante el presidente del Gobierno de España, o ante quien haga falta, incluido el monarca, que Canarias no puede seguir dependiendo colonialmente de un país situado en otro continente porque está en juego su futuro. ¿No le importa a usted el futuro de los canarios, don Paulino?

Por otro lado, vemos con temor las revueltas que se están produciendo en el Norte de África. Una inestabilidad social que nos afecta de lleno, pues aunque nos hayan disfrazado de comunidad autónoma española, no podemos olvidar que somos un Archipiélago a 1.400 kilómetros de las costas de la Metrópoli, pero a menos de cien de Marruecos. De hecho, estamos dentro de las aguas de la zona económica exclusiva de Marruecos. En definitiva, los estallidos del Magreb nos pueden afectar seriamente si no somos una nación soberana con respaldo en los foros internacionales. ¿A qué esperan los gobernantes canarios para tomar conciencia de esto, especialmente aquellos que militan en Coalición Canaria? ¿A que la situación sea irreversible?

Definitivamente, necesitamos la independencia. La necesitamos para tener nuestras propias aguas; nuestro mar territorial de verdad y no esa tomadura de pelo con la que Zapatero ha contentado en Madrid a la Niña y a su escudero -el otro no cuenta-, así como también, y eso es lo que nos parece más increíble, al propio presidente del Gobierno autónomo. Lo mismo podemos decir del saqueo económico de las Islas al que nos referíamos al comienzo de este comentario. El PIB canario sería brutal si se quedara aquí. Pero no se queda porque nos lo saquean desde Madrid. Y aquí todos tan contentos con las migajas que nos sueltan los españoles a cambio de lo muchísimo que se llevan. En nuestro editorial de mañana profundizaremos en este grave asunto para nuestro Archipiélago.