HOY ES EL DÍA DE REYES. Día de ilusión para los pequeños y también de esperanzas y regocijo para muchos mayores. Nuestra inmensa esperanza, así como nuestro principal motivo de felicidad, es pensar que este año 2011 recién estrenado será crucial para el proceso liberador de Canarias. Porque una vez más estamos obligados a decir que la situación colonial de Canarias es totalmente absurda. Incluso se le está ocultando al pueblo español, aunque estamos seguros de que los españoles pertenecientes al pueblo llano también nos consideran una colonia y por ello nos miran como inferiores. Portugal, Holanda y otros países antaño colonizadores han liberado a las naciones que colonizaban y se han limitado a sus territorios europeos, que son los únicos que les corresponden a cada uno de ellos. Indonesia, Madagascar, Angola, Cabo Verde, son hoy países libres.

Mantener colonizado al Archipiélago canario ha sido una canallada política y hacernos creer que somos una comunidad autónoma es una mentira criminal, porque el pueblo canario está pasando hambre en nuestros días (quién lo iba a decir) precisamente por culpa de esta esclavitud colonial. Ni españoles, ni europeos. Y cambiamos momentáneamente de tema.

Las Palmas, incasable en su odioso afán de protagonismo, le ha ofrecido a Mario Vargas Llosa la posibilidad de ser hijo adoptivo de esa ciudad. Un galardón que el escritor peruano ha aceptado gustoso. En realidad, lo que buscan los canarios "grancanarios" de la "capitá" son apoyos para la culturalidad europea. Un intento absurdo por tres motivos. Ante todo porque Las Palmas no es una ciudad europea sino africana. En segundo lugar, porque ni siquiera en el hipotético caso de que perteneciese al continente europeo (que no pertenece), reúne los méritos necesarios para liderar ninguna cultura. Vegueta es un barrio normal y corriente como los hay a miles por todas partes en cualquier lugar de Europa. Por esa anodina normalidad la Unesco no tuvo en cuenta la pretensión canariona (¡qué atrevidos!) de que fuese Patrimonio de la Humanidad, como sí lo es La Laguna. Una ciudad que le parecía poco a la Niña de Madrid para ser alcaldesa, porque ella prefería estar en la capital del colonialismo español dedicada a jugar a la política pura con el dinero de los canarios.

El tercer motivo para que Las Palmas no sea capital europea es que median las aspiraciones de otras ciudades españolas con muchísimos más merecimientos. ¿No les parece poco a los "grancanarios" esos veinte millones de euros dilapidados para construir unas instalaciones deportivas destinadas a una competición que estará olvidada al día siguiente de su clausura? Siempre apoyaremos el deporte y cuanto se haga para fomentarlo, pues Canarias necesita que sus jóvenes crezcan sanos de cuerpo y de mente. Pero de igual forma siempre nos opondremos a los despilfarros innecesarios, pues sólo buscan el boato y satisfacer las ambiciones de unos dirigentes políticos, e incluso de una parte de la población que se ha dejado mesmerizar por ellos. De tanto decir que son grandes, han terminado creyendo que en realidad lo son.

Y en una isla de tantas y tan grandes grandezas no basta una flota de cuatro guaguas (no necesitan más) para ir desde la "capitá" a los secarrales del sur. Necesitan un tren, pero no un tren cualquiera; necesitan un ferrocarril estepario. ¿Qué importa que los canarios pasen hambre si Román Rodríguez, líder de Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria consigue satisfacer sus egolatrías políticas con dinero público? Y pueblo callado. ¿Cuánto tiempo más creen estos señores que va a aguantar la gente sin echarse a la calle? Lo advertimos una vez más: abandonen ese absurdo, por innecesario y oneroso, proyecto de tren transiberiano que pretenden construir antes de que empiecen a llover las denuncias por prevaricación y malversación.

Lo más curioso, o lo más triste de todo esto, es que esos dirigentes políticos canariones se han mercado el apoyo de "personalidades" de la cultura para apostillar su intento de capitalidad cultural. Algunos entre ellos son tan analfabetos que no saben ni deletrear una palabra, pero ahí están. Medrando y opinando sobre lo que no saben y donde nadie los ha llamado. Pero gritan "¡Viva Gran Canaria!" para hacerse querer en la tercera isla. Craso error porque los canariones se desharán de ellos y los dejarán tirados cuando ya no les sean de ninguna utilidad. Que se lo pregunten a Manuel Hermoso, que experimentó esa vivencia en su propia persona. ¿Nos está leyendo usted, don Paulino? Un día más le decimos que le conviene hacerlo porque su partido va a ser barrido de la tercera isla. Reaccione, don Paulino, y no siga haciendo el ridículo.