La vigencia de las tradiciones navideñas en la sociedad actual o su deterioro fue la cuestión que se debatió esta semana en EL DÍA, con la participación de Jorge Fernández, párroco de La Concepción de La Laguna; Julio Torres, presidente de la Asociación en Defensa de La Laguna y autor de libros sobre la Navidad; José María Mesa, investigador de Etnografía e Historia; Pablo Reyes, presidente de la Asociación de Vecinos del Casco de La Laguna y miembro de la Parranda Lo Divino, de la Peña El Gofio, y Roberto González, presidente del colectivo cultural Amigos de los Reyes Magos de Puerto de la Cruz.

El párroco de La Concepción puso de manifiesto que, indudablemente, "la Navidad se ha comercializado", pero destacó que los ciudadanos siguen respondiendo muy bien a los actos religiosos y a las tradiciones de estas fechas. Señaló que, por ejemplo, la Misa del Gallo de su parroquia contó con un número elevado de personas, "muchos de ellos jóvenes". En su opinión, "junto con las compras y los compromisos sociales de estos días, los ciudadanos siguen participando con ilusión en las ceremonias, como el Auto de los Reyes Magos o poniendo el nacimiento".

Julio Torres manifestó que "estas tradiciones siguen vivas y recordó que el auto sacramental del Nacimiento se celebra en La Laguna desde el siglo XIX". Coincidió con el párroco de La Concepción en que la Misa del Gallo "fue un éxito" y agradeció a Fernández que se vuelva a celebrar a las doce de la noche, "porque a las once resultaba un poco agobiado, en plena sobremesa de la cena".

Para José María Mesa, la pregunta clave es "si la Navidad sigue siendo una fiesta sostenible". Indicó que, como cualquier tradición, "es mutable" y recalcó que cada lugar "ha adaptado el nacimiento de Cristo a sus costumbres".

Según Mesa, "ahora, todo lo referente a la Navidad viene de fuera".

Además, José María Mesa dijo que los seres humanos "nos movemos por mimetismo" y criticó "la Navidad de plástico de ahora, que se ha ido desmarcando del entorno y del medio".

Todos coincidieron en que se han introducido "el Papá Noel o los renos, que no son de nuestra cultura y no nos dicen nada".

La opinión común de los cinco invitados es que igual que han entrado estos elementos, a la hora de la recortar (por la crisis) se prescinde de ellos en primer lugar.

"Ahora hay más nacimientos en los escaparates y menos luces en forma de gorro de Papá Noel", afirmó Pablo Reyes, que se considera afortunado "porque vivo en La Laguna y trabajo en lo alto de La Orotava", lugares donde se mantienen vivas las tradiciones navideñas.

Reyes es un profesor que cada año elabora el nacimiento con sus alumnos, siempre con iniciativa e incorporando alguna novedad. Además, este lagunero sigue cantando por las calles con la parranda Lo Divino.

Dijo que, desde hace dos años se han unido a ellos, de forma improvisada, algunos jóvenes polacos, del Programa Erasmus de la Universidad de La Laguna y los han acompañado después de la Misa del Gallo.

Señaló con alegría que su grupo se encontró en La Laguna con otras parrandas el día de Nochebuena.

"Soy optimista, porque veo en la práctica que seguimos igual que hace 40 años, cuando llevábamos las pocas pesetillas que reuníamos en Nochebuena al Asilo de Ancianos", indicó Reyes.

Roberto González explicó la evolución de la cabalgata de Reyes en Puerto de la Cruz. Apuntó que fue decayendo a partir de los años 90 y ese fue el origen de que naciera el colectivo cultural que él preside.

"Presentamos un programa alternativo al del ayuntamiento y la cabalgata ha resultado un éxito, hasta que hace dos años se lo encargan a otra entidad", precisó Roberto González, quien matizó que el programa se completaba con un pregón, un concierto benéfico en el Castillo de San Felipe o actuaciones musicales por las calles de Puerto de la Cruz, entre otras.

Cambios en la tradición

Roberto González apuntó que la tradición familiar ha cambiado. "Ahora cenamos en familia en Nochebuena, pero en lugar de seguir en casa, como ocurría antes, acabamos de comer y rápidamente salimos de fiesta".

González recordó que "hace años todos los locales estaban cerrados en Nochebuena, y ahora todos los bares están abiertos".

Por su parte, el párroco de La Concepción destacó que él ha comprobado que muchos jóvenes aún continúan con la tradición de acudir a la Misa del Gallo en Nochebuena, y luego salen o regresan a sus hogares.

Los contertulios también señalaron que ahora el día 24 también es una fecha en la que se hacen regalos, aunque sin sustituir a los Reyes Magos.

Julio Torres explicó que, debido a que los padres trabajan, prefieren entregar los regalos cuanto antes, con el fin de que los niños puedan jugar con ellos más tiempo.

Por su parte, el párroco de La Concepción de La Laguna consideró que las Navidades se están basando en un boom de gastos muy fuertes. Por ello, Jorge Fernández valoró la solidaridad que con las personas en situaciones precarias.

"Este año en Cáritas en La Laguna nos hemos visto desbordados positivamente por la cantidad de alimentos que se han aportado. La gente va tomando conciencia de que estamos en una época difícil a pesar de los gastos, y están haciendo esfuerzos para que todos puedan celebrar estas fiestas", señaló el párroco, quien destacó las galas "Un juguete, una entrada".

Para que no se pierdan las tradiciones, ni se olviden los motivos por los que se festejan estas fechas, Jorge Fernández explicó que en la catequesis de la parroquia se recalcan esas cuestiones, y "se les inculca que tenemos que ser generosos, dando cosas o, al menos, una felicitación".

Otra de las tradiciones que no desaparecen son los belenes. Según explicó el párroco de La Concepción, este año se promovió que se cedieran belenes a los comercios para que todos los escaparates tuviesen un belén.

"Esto me sirvió para descubrir que en Aguere hay muchos colecciones de belenes", destacó Jorge Fernández.

Por su parte, Pablo Reyes opinó que esta tradición se va perdiendo a medida que los niños crecen. "Cuando son pequeños los padres trabajan los belenes con sus hijos durante horas, pero cuando crecen ya no tienen tanto tiempo, y al final el día 23 corriendo se ponen las figuras del nacimiento para la cena. Además, ya las casas no tienen tanto espacio para poner un belén", explicó.

Julio Torres destacó que desde "el primer árbol de Navidad que se hizo en Tenerife, en 1957, cuando se decoró una araucariade 32 metros de altura con iluminación, estas dos tradiciones se fusionaron, y son muchos los árboles que tienen debajo un Misterio".

José María Mesa indicó que "en Canarias los belenes eran elitistas". Dijo que tenía conocimiento de que fueron prohibidos por la Iglesia en el siglo XVII, "por el desmadre que se producía en cada casa en torno a los belenes, lo que ocasionó que los elementos del belén fueran empleados como juguetes para los niños y se perdieran muchas figuras".

Julio Torres discrepó de este dato y exigió a Mesa que lo documentara.

Otra de las cuestiones que se abordaron durante el debate fueron las parrandas que iban por las calles y hogares cantando villancicos. Pablo Reyes, que realiza esta práctica con una agrupación, señaló que "todavía se mantiene esa tradición, aunque hay que diferenciar entre los grupos que tienen un convenio con el ayuntamiento y les pagan por cantar y los que lo hacen de forma desinteresada".

Reyes señaló que en muchos municipios existen grupos que continúan con esta práctica y que van por distintas localidades.

Jorge Fernández recordó que "este tipo de tradiciones en La Palma están muy arraigadas, y se continúan haciendo en otras islas, hasta el punto que hay varias parroquias que tienen su propia rondalla para estos festejos navideños que recorren todas las casas".

Sobre los villancicos que se escuchaban en los bares y comercios y las reuniones al salir de trabajar con los compañeros para tomar algo y cantar canciones tradicionales, Roberto González señaló que esas actividades "sí se han perdido un poco".

Respecto a las tradiciones gastronómicas en época navideña, los invitados al debate coincidieron en que no existe un "menú" típico canario, sino que éste ha variado según la época.

"Cuando había más ovejas se comía cordero, luego vino el auge de las cabras y el cabrito en la mesa. Las cenas se han adaptado a los productos que hay", señalaron. Los participantes sí reconocieron que hay una tradición culinaria muy típica en la Navidad canaria que se ha perdido un poco, que es hacer las truchas de batata, pues "antes se reunía la familia en la cocina para hacerlas, y ahora muchas personas las compran".

Texto: D. MERINO Y G. JIMÉNEZ Fotos: DÉSIRÈE MARTÍN