CUANDO este comentario se publique, ya habrá pasado la tercera parte de las fiestas, por eso aprovecho para desear felicidad y prosperidad en la entrada de 2011.

Como todos los años, la familia se reúne antes de Navidad y, aunque mantenemos el contacto telefónico, intentamos pasar el reencuentro de una vez al año a lo grande y que sea una explosión de felicidad. Estoy muy orgulloso de una familia que siempre procura demostrarse mucho cariño y respeto, y que ha enseñado a sus hijos la semilla que sembraron nuestros padres. Fruto de ello, podemos mostrarnos tal y como somos: una piña en las alegrías y la adversidad.

En la casa de Los Campitos, de mi hermana Pili, extraordinaria cocinera, estuvimos el pasado viernes. Preparó un ágape espléndido en el que no faltó de nada, mucho picoteo, ricos manjares, y como plato fuerte un bacalao marca de la casa. Un lugar entrañable que mi cuñado se afana en conservar, desde las plantitas más pequeñas hasta los grandes árboles frutales. Tiene una tierra muy productiva que le da de casi todo y de mucha calidad. Ahora tiene olivos que plantó hace casi un año, y que ya le han dado unos cuantos kilos de aceitunas. Dice que el futuro de la agricultura en Tenerife está en los olivares, y algo de razón debe de tener cuando Arico ya está plagado de estos hermosos árboles.

Después del atracón, se rememoran recuerdos y vivencias, y la conversación siempre es alegre y divertida. La edad no perdona, y ya nos estamos poniendo todos mayores. Carmita, que tras fallecimientos de otros hermanos es ahora la mayor, mantiene una gran clarividencia a los 84, aunque físicamente las piernas no le dan un respiro. Este año faltó mi cuñada toledana, Felisa, que se convirtió en bisabuela hace unos meses, por lo que pasa las fiestas con las tres generaciones en Barcelona, donde reside su hija mayor. Mercedes, viuda de mi hermano Domingo, es un pedazo de pan que lo cuidó y mimó toda la vida. Es una gran mujer, con mucho carácter, y la cabeza despierta y ágil. Conoce Santa Cruz como la palma de su mano, pues trabajó en la Óptica Rieu y Galerías Preciados muchos años. Nació en el barrio de El Toscal, como mi cuñado Jaime, por lo que la conversación derivó en su mayor parte sobre este populoso barrio, tan controvertido políticamente en los últimos años. Lo conocen de arriba a abajo y saben, además, quién vivía en cada casa, sus nombres reales y los motes por los que les apodaban. Tengo que recuperar la información de ese diálogo, porque será un buen comentario para un día de estos. Recordaron con nostalgia a la buena gente de la zona, que mantenía las puertas de las casas siempre abiertas como una gran hermandad, y si una estaba cerrada, lo normal es que tuviera un cordón para que, al tocar, el de dentro no tuviera que levantarse y sólo preguntar "¿quién es?", mientras el de la calle contestaba "¡paz!", antes de tirar del hilillo y entrar como Pedro por su casa. Fue una velada entrañable, llena de recuerdos divertidos y muy simpáticos, especialmente cuando empezaron a dar la larga lista de nombretes de los habitantes de El Toscal.

Un año más hemos podido disfrutar unos de otros, y si la salud nos lo permite, seguramente Los Campitos será el lugar idóneo para la próxima reunión.

Reitero mis deseos de salud, paz y felicidad para todos el próximo año.

aguayotenerife@gmail.com