SI HAY una persona enamorada de su isla, trabajadora incansable por lograr su progreso y creadora de iniciativas que parecen imposibles, pero que él las convierte en realidad a base de ilusión, de constancia y de lucha frontal y valiente con lo que parece lejanamente lograble, porque para él y su Gomera no hay nada que no se pueda conseguir, ese es Casimiro Curbelo, presidente del Cabildo Insular de La Gomera, quien ya cuenta en su currículum con realidades verdaderamente meritorias para su isla natal, como el nuevo Hospital Insular Virgen de Guadalupe, la conversión del puerto de San Sebastián en dispositivo capaz de admitir grandes trasatlánticos y otros notables logros como la declaración de La Gomera como Reserva Mundial de la Biosfera.

Curbelo no cesa en sus gestiones, dentro y fuera de España, para que La Gomera progrese. He dicho varias veces, y he repetido en reciente comentario, que La Gomera ha sido para Canarias y, concretamente, para la misma provincia de Santa Cruz de Tenerife a la que pertenece, un plato de segunda mesa. Yo tengo recuerdos, desde la infancia, de una especie de despótico trato al gomero. En la escuela primaria se ridiculizaba a los niños gomeros y en la propia sociedad santacrucera se hacían chistes burlescos del gomero, al que se le tenía en baja consideración. Y es poco agradable para una persona, sobre todo cuando es niño o joven, enfrentarse y vivir, como yo lo hice, en un ambiente que tendía a xenófobo.

El trato a La Gomera, por las autoridades responsables de la provincia y de la región cuando se constituyó la Comunidad Autónoma, no ha cambiado mucho. La Gomera tiene nuevo Hospital Insular, pero tardó mucho en ello, y fue Curbelo el artífice, con su constancia, de la realización de algo tan imprescindible para la isla. Y así otras obras importantes para La Gomera que afectan a su red de carreteras, sus exportaciones, su agricultura, su comercio, su industria y sus servicios en general.

Ahora, el presidente del Cabildo se lanza sobre las energías renovables en la isla y estoy seguro de que lo logrará más temprano que tarde. Empieza por lo que será un acumulador gigante de energía, en una superficie de treinta por ocho metros. Pero Curbelo también está empeñado en un plan que comprende energías hidráulicas y eólicas.

Recuerdo de mi niñez, que ya La Gomera tuvo corriente eléctrica que producía para toda la isla y abarcaba el término de San Sebastián, la Hidroeléctrica de Hermigua, la cual fallaba algunas veces produciendo baja corriente o "luz apagón", que decía el pueblo, pero era reforzada por la pequeña central eléctrica que funcionaba en la Villa antes y después de la Hidroeléctrica de Hermigua, que yo no sé por qué dejó de funcionar. Ahora, la cosa va en serio y estamos en una época donde la industria ha avanzado mucho y el presidente del Cabildo gomero camina sobre terreno firme.

Desde esta modesta columna, como paisano, le deseo éxitos de los que van a disfrutar todos los gomeros y le anticipo mi felicitación por Pascuas y Año Nuevo, que recuerdo eran unas fiestas muy entrañables que viví de chico en mi isla natal.