LOS CONTROLADORES aéreos han vuelto a hacer de las suyas. En la presente ocasión, las pérdidas, casi todas millonarias, han sido para los touroperadores y todo lo que mueve el turismo, así como las propias compañías aéreas. Incluso, como mal añadido, los huelguistas no se han topado con la Iglesia, como advertía don Quijote a Sancho, pero han topado con otro indiscutible poder, que es el fútbol, en forma de cambios y suspensiones de encuentros de la Liga nacional, y eso es realmente serio.

Al Gobierno, cuyo presidente no ha hablado mucho de esta verdadera y realmente dañina perturbación, se le ha reprochado que, viendo venir el conflicto, no hizo nada por atajarlo, aunque no puede decirse que en las actuales circunstancias implantara en los aeropuertos la "manu militari" a la que sólo se recurre en casos extremos, pero que es muy eficaz. Cuando el Ejército coge el mando, los demás, y particularmente los que son causa de esta decisión, son tratados como soldados y tienen que obedecer como si fueran militares, y ahí están los calabozos y las duras sanciones para los incumplidores. Con el Ejército no hay tu tía, o al trabajo o a la calle, como hizo en caso semejante el presidente norteamericano Ronald Reagan y como pidió el Gobierno de Canarias a la Fiscalía, denunciando los hechos consecuencia de esta huelga salvaje.

El caso de Canarias, desde luego, fue peor que otros de la geografía nacional. Más que por la huelga en los aeropuertos de origen, como Madrid y Barcelona, que por el conflicto en los aeropuertos canarios, que fue sólo de pocas horas, nuestras islas quedaron aisladas a causa de los vuelos que ni siquiera se iniciaron. Uno, como simple ciudadano, entiende que el Gobierno no puede permitir semejantes incumplimientos por parte de un colectivo de profesionales de tanta responsabilidad, además sin razones de peso, sino por exigencia de percibir un salario mayor del que ya cobran, que es bastante cuantioso. Y, en caso de despido colectivo, que es el que llevó a cabo el ex presidente Reagan, lo que sobran en España son personas sin trabajo y la preparación de un controlador aéreo no es la de un ingeniero o un matemático y podrían convocarse cursos, hasta acelerados, de preparación, donde acudirían numerosos alumnos aspirantes que nos quitarían de encima esa pesadilla constante que tanto nos perjudica.