PARECE que está bastante avanzado el acuerdo con los responsables deportivos del municipio norteño y se trataría de que en estos dos próximos partidos en casa el representativo estuviera lo más cerca posible de La Victoria.

En ese caso, las peñas, con el Frente Blanquiazul a la cabeza, se desplegarían por Las Guardas y por la montaña de la Atalaya. También por el fondo del barranco de Acentejo; por donde lo atraviesa la calle de El Medio, y por muchos lugares desde el camino de San Juan a la ermita de Guía, en especial por Las Toscas de los Muertos o en el Callejón de Centejo, que se extiende a lo largo del borde Norte del barranco de San Antonio. Concentrados en el camino de Santo Domingo, por el caserío de Bubaque, o sea, en el punto de unión de las veredas de los ganados en su conexión con el Real de San Cristóbal. Por todos esos sitios se batieron los antepasados para obtener la victoria en La Matanza.

El fútbol es sólo un juego, un sano entretenimiento, aunque en el planeta entero tanto este como otros deportes se utilicen con la estela de los hechos gloriosos como patente diferencial, en los pulsos teóricamente civilizados de las masas modernas, con sus colores, banderas y cánticos respectivos en el reflejo de un espíritu y de un orgullo histórico de ese colectivo.

Los neozelandeses, en su mayoría (85%), son descendientes de ingleses y europeos, pero hacen los bailes maoríes, la jaca, y recurren al orgullo ancestral de ese pueblo que ahora es el suyo, por ejemplo cuando van a competir en un partido de rugby.

Pero, aparte de apelar a la identidad, también hay otro tema crucial que preocupa a los dirigentes del equipo, que es el de los arbitruchos. El que se supone "juez" del último partido en Córdoba, J. Piñero Crespo, alucinó por tiempos y se sacó del pito un penalti que no se entiende si fue delirio, mala visión o ignorancia. El que no ve es como el que no sabe, o a lo peor es que veía más allá de la cuenta. Las ópticas de todo el mundo están detrás de él a ver qué es lo que merienda, aunque me permito apuntar la teoría de que pudo haber consumido Viagra, un medicamento con ventas de alrededor de 1.000 millones de euros.

Un reconocido y riguroso estudio clínico publicado recientemente y financiado por el laboratorio farmacéutico estadounidense Eli Lilly certifica que esta sustancia que actúa bloqueando la enzima fosfodiesterasa 5, denominada PDE5, en los vasos sanguíneos que irrigan el pene puede afectar a los vasos de la retina, con problemas en los ojos y un incremento de la sensibilidad a la luz con visión borrosa, lo que explicaría el despiste de apreciación del trencilla. ¿Quién sabe si se tomó algo parecido?

En realidad, el CD Tenerife rescató un punto con un primer tiempo en el que se vio una defensa aceptable, aunque aún aterrorizada por momentos, bajo mi punto de vista más eficaz y capacitada que en partidos anteriores en que la línea de cobertura siempre se ha parecido al SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior), que si detecta alguna patera es por puro churro, y después de que llegue a tierra. La segunda parte del encuentro fue más loca, no es que el juego cambiase mucho, pero a los cinco minutos, como digo, el árbitro cambió la dirección del choque al señalar la inventada pena máxima a favor de ellos. El Tenerife se quedó tocado y vino el segundo de chilena dolorosa. Otra vez lo mismo.

Pero es que, a partir de ahí, se vio que si queremos remontar esta temporada vamos a poder hacerlo, porque marcarle esos dos goles al equipo verdiblanco constituyó por sí sola una gesta de la que ya no nos acordábamos.

Menos mal. Este empate es meritorio y si ahora fuéramos arriba nos hubiera valido. La reacción, sin ser nada del otro mundo, demuestra posibilidades en las que incluso ya habíamos dejado de creer.

Sea en La Matanza o en el Heliodoro, llega la hora de pegar dos puñetazos seguidos y cambiar la deriva de la nave. Cuando un hijo se mete en un bache hay que intentar sacarlo lo más rápido posible; sal, chicha, del pozo; bien sufrimos las madres.