Queremos hacer una mención especial en nuestro editorial de hoy a tres artículos y una entrevista que aparecieron en nuestro periódico el domingo último. Empezamos con lo publicado por nuestro colaborador Andrés Miranda bajo el título "Un país empantanado". "Mientras, nuestros políticos de todo signo chapotean en la ciénaga, tratando de salvar sus sinecuras y mamandurrias, millones de españoles pasan hambre física y comienzan a entrar en la marginalidad, bien porque pierden su casa o los ingresos mínimos que todavía les distribuye el "rey del subsidio". Que aún se atreve, después de la reforma laboral que ha perpetrado, a decir que los Presupuestos del 2011 serán los "más sociales" de la historia". Estamos de acuerdo. Hambre física también para miles de canarios.

Añade Andrés Miranda que "cerca de 750.000 jóvenes, que dicen ser los mejor preparados de la historia, ni estudian ni trabajan. Emigran nuestros mejores médicos, enfermeras, arquitectos y científicos. A los que de nuevo se les recortan los medios para la investigación. España es, en fin, Pepe Ignacio, ¡una ruina! Y nuestra región, con más de un cuarto de millón de parados, ya no sobrevive con un turismo de bajos precios y unas exportaciones agrícolas que, como la del tomate y los plátanos, son castigadas por la propia Unión Europea, por los acuerdos con Marruecos, de los que también se lucran algunos de nuestros financieros que se lo llevaron crudo cuando estábamos en plena burbuja". De Canarias sacan beneficios todos menos los canarios, añadimos por nuestra parte.

No menos reveladoras son las manifestaciones de la independentista Dori García, miembro de la corriente de Opinión Interna de CC. "Ser el Singapur o la Noruega de África está en nuestras manos", señala acertadamente. Asimismo tiene toda la razón del mundo esta patriota cuando afirma que "a pesar de la necesidad no recíproca que tiene el Estado español de este su último territorio de ultramar, desde los medios intoxican a nuestra gente con falsas ideas que nos llevan a creernos incapaces y dependientes, pero la realidad demuestra de forma indudable que Futuro, Canarias y Estado español no conjugan en la misma frase, y que Canarias, Independencia y Futuro sí casan a la perfección".

De muy significativo podemos calificar el artículo titulado "Un Estado forajido", de Ramón Moreno Castilla, publicado también por EL DÍA el domingo último. Compartimos la opinión de este patriota cuando manifiesta que "España se autoproclama como un "Estado de derecho", pero en realidad es un "Estado torcido", porque los tres poderes fundamentales en los que se sustenta el auténtico Estado de derecho, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, ni son independientes ni cosa que se les parezca (¡si Montesquieu levantara la cabeza!). Al fiscal general del Estado lo nombra el Gobierno de turno, con lo cual queda en entredicho y seriamente cuestionada su debida neutralidad e independencia. El Parlamento está mediatizado por una ley electoral injusta que prima a las mayorías en claro perjuicio de las minorías; lo que hace de España una dictatorial partitocracia bipartidista. El poder judicial, en el que los partidos políticos tienen sus cuotas de jueces afines, está dividido y enfrentado en asociaciones corporativistas de "jueces progresistas" y "jueces conservadores"…, y así sucesivamente. Por todo lo expuesto, cabe afirmar que España es un detestable "Estado forajido" que incumple, sistemáticamente, y a sabiendas, la legalidad internacional". Y de qué forma en lo que se refiere a Canarias, decimos nosotros.

Extraemos, finalmente, un párrafo de un artículo de José Luis Concepción, presidente del Movimiento Patriótico Canario: "En lo referente al mercado laboral, éste hay que regularlo en beneficio de los canarios. Del medio millón de foráneos que han llegado desde mediados de los noventa, sobra como mínimo la mitad, principalmente los españoles que ocupan puestos de privilegio en centros educativos y en instituciones públicas. No estamos en contra de ningún ser humano; nos basamos en la realidad, pues por mucha actividad que se genere es imposible crear 300.000 puestos de trabajo. Este fenómeno de inmigración es el resultado de la propia política colonizadora del Gobierno español con el consentimiento de CC. Atropello que se pudo haber evitado con métodos legales, en vez de mentirle al pueblo y fomentar la idea de que ir en contra es ser racista y xenófobo. ¡Han cometido un crimen de lesa humanidad! Todo esto está fundamentado en medidas que por lógica hay que tomar para sanear la economía. Además, urge reactivar y proteger el sector primario, controlar las importaciones y cuidar el turismo. O sea, gobernar. No obstante, las principales actuaciones deben ir dirigidas hacia la consecución del Estado soberano canario con hacienda propia para evitar que el Gobierno español recaude 6.000 millones de euros anuales y se lleve otros 2.700 millones de beneficios en la Seguridad Social". De nuevo, insistimos, qué acertadas palabras.

Don Paulino: no quisiéramos nombrarlo. Quisiéramos que su labor sea discreta. Sin embargo, como se mueve tanto y está en tantas partes, llama mucho la atención. Debido a esa misma capacidad que posee para el movimiento no comprendemos que no se dé cuenta en esos trayectos de la calamidad en la que vive inmersa Canarias y, en consecuencia, de la urgencia de pedir la independencia. Por lo menos de pedir que comiencen las conversaciones que nos conduzcan a la independencia, porque eso es lo que espera el pueblo. El pueblo canario no quiere ser español. Sólo quieren serlo los miembros del "stablishment". Ser español siendo canario es una estupidez, una falsedad y una indignidad. Es decir, no se puede ser canario y al mismo tiempo español. ¿Cómo nos presentamos ante el mundo con esa absurda condición de canarios y españoles? ¿Cómo nos presentamos ante los propios españoles que se ríen de nosotros? ¿Cómo nos presentamos ante nosotros mismos? ¿Qué somos? ¿Indígenas? ¿Ultraperiféricos? ¿Canarios? ¿Canariones? ¿Europeos? ¿Macaronésicos? Ya es hora de que tengamos identidad propia y no la impuesta por un país invasor. Identidad para vivir con dignidad y libertad para decidir por nosotros mismos. Que no venga a mandarnos ningún intruso godo o peninsular ignorante y prepotente. Y mucho menos que venga un presidente del Gobierno de España en plan virrey a pasar sus vacaciones, como hizo Zapatero con toda su familia y un gran séquito.

Somos una colonia cuando podríamos ser un país libre, como lo es Malta y lo son tantos y tantos archipiélagos. Ahí tenemos, sin ir más lejos, a nuestros vecinos de Cabo Verde. Vivimos en la pobreza por estar sometidos a los españoles, cuando de ser libres podríamos disfrutar del nivel que tienen los dragones económicos asiáticos. Podríamos hasta ser un país emergente como lo están siendo muchos en el mundo: China, la India, Brasil... En todas las naciones que son dueñas de su destino crece la riqueza en cuanto se impone el trabajo como bien supremo. Por eso el pueblo está al rojo vivo. Lo hemos dicho muchas veces. Una explosión popular puede ser inminente. Y cuando eso ocurra, usted, don Paulino, no tendrá donde esconderse. Su Niña de Madrid tampoco. Don Perestelo, don Ruano, don Barragán y todos los que lo rodean serán tildados de colaboracionistas con los españoles cuando llegue la independencia, porque la independencia llegará. Seguir perteneciendo a España es un absurdo; téngalo en cuenta, don Paulino, antes de que sea tarde.