SI LA DISTINGUIDA señora esposa de don Paulino Rivero, presidente del Gobierno de Canarias, vistió en un acto oficial, celebrado el día 9 de enero pasado, en la Base Naval de Las Palmas, un traje que costó 1.260 euros, no creo que ni el señor Rivero ni su esposa hayan mostrado a nadie la factura de la compra. Sin embargo, la noticia, tras circular en los corrillos, ha llegado hasta la prensa y, me figuro, después de pasar por ese montón de emisoras de las islas que han proliferado como hongos después de inventarse la dichosa TDT y que echan mano a todo ante la falta de cosas serias de que tratar.

Como el presidente es el señalado por el "malalechístico" dedo popular para afearle que gaste ese dinero en prendas de vestir que califican de lujosas, en los tiempos de crisis que vivimos, cuando el propio Gobierno que preside se dispone a tomar medidas para frenar el gasto, puede ser injusta esta acusación, ya que es posible que el señor Rivero no sea el paganini, porque tengo entendido que la señora del presidente tiene su trabajo y, me supongo, su sueldo, por lo que pudo ser ella misma quien se pagó sus prendas.

Pero, al parecer, en la guerra, en el amor y en la política todo vale y el soplón de turno no desaprovechó la ocasión de ir con el cuento del precio del vestido a sus amigos, a sus conocidos y hasta a sus desconocidos.

Se une al bulo de que no es la primera vez que el Gobierno de Canarias hace regalos caros, como corbatas de 15 euros, gemelos de 81, bufandas de 210 y zapatos de 295, que no es que no me lo crea, porque parece raro que los vendedores de estas prendas den cuenta a todo el mundo de lo que el Ejecutivo gasta en esos trapos, sencillamente, porque no interesa a nadie ni es noticia.

Sí hay que destacar, porque esto es serio, que el señor Rivero haya rechazado la propuesta del vicepresidente José Manuel Soria, quien pide la supresión de varias consejerías que sobran y que sus funciones, en todo caso, pueden ser asumidas por las que quedan. Soria, a quien consideré además un gestor muy preparado y competente, sobre todo en materia de economía, me ha decepcionado por haber cedido en sus propósitos, seguramente por el pacto que su partido, el PP, tiene con Coalición Canaria. Soria ha accedido a que su petición no sea efectiva hasta la próxima legislatura, con lo que los enchufados en dichos departamentos seguirán percibiendo sus generosos sueldos mientras los tijeretazos los sufriremos los funcionarios públicos y los pensionistas. No habrá, pues, crisis para los del enchufe.