ME FIGURO que el señor alcalde de Santa Cruz se habrá tomado un descanso, coincidente con los últimos días de esta Semana Santa, en su persecución implacable al concejal de su ayuntamiento Ángel Llanos.

Dicen que la Semana Mayor, en la que se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, quien se sometió a ese salvaje e injusto tormento por todos los seres humanos, suele sacar de las entrañas de la gente lo mejor de cada cual, entre lo que están sentimientos como el perdón y el olvido de lo malo que puede achacarse a una persona. Pero, en este caso, falló el pronóstico porque al señor Llanos, que no tiene nada por qué ser perdonado, sino todo lo contrario, ha sido objeto de una nueva humillación y un injusto castigo al desposeerlo el señor alcalde de la tercera tenencia de alcaldía, que ostentaba desde la reciente reestructuración del consistorio, sin causa que lo justifique como no sea una manía persecutoria de quien hace los nombramientos.

Llanos, a quien releva el joven edil Jaime Hernández Abad, antes concejal de Deportes, queda pues sin responsabilidad como teniente de alcalde y sin representatividad municipal en actos protocolarios. Llanos también ha sido relevado como portavoz del grupo del PP en el ayuntamiento por su compañera de partido Maribel Oñate, quien también es segunda teniente de alcalde; aunque tengo entendido que, en la designación de portavoz, quien tiene la facultad de nombrarla es la presidenta insular del PP, Cristina Tavío, firmante, con el alcalde, del "pacto de la discordia", como ha resultado ser el intento de acuerdo PP-CC. Es evidente que la señora Tavío lo que ha hecho es contribuir a rebajar más todavía al ex portavoz de su partido, el concejal Llanos. Con ese comportamiento, la presidenta popular da un insólito ejemplo de insolidaridad y anticompañerismo.

Desde esta columna advertí a Ángel Llanos, tras su anterior nombramiento, de que debía estar dispuesto a soportar nuevas furciadas y lamento no haberme equivocado porque hay rencores, incluso sin justificación como el del que Llanos es víctima, que no remiten sino se incrementan con el paso de los días y no hay lenitivo posible pese a que el castigado edil acaba de desbloquear el negativo plan al que estaban sometidos los funcionarios municipales, que no podían pasar de la interinidad. Llanos ha logrado que estas plazas, hasta ahora, repito, ocupadas interinamente, pasen a propiedad, como había prometido días pasados haciendo uso de sus facultades como titular del área de Recursos Humanos, que ostentaba con la de la tercera tenencia de alcaldía, que acaba de serle retirada por el alcalde.