No nos ha hecho falta pensar mucho para elaborar el editorial de hoy. Ante todo, porque seguimos teniendo muy presente el sentimiento de la canariedad de estas Islas, que para nosotros forman la única nación existente hoy en día dentro de la nación española. Intentan hacernos creer por la fuerza que también existe la nación catalana, la vasca y la gallega. No estamos de acuerdo. Nunca hemos visto con buenos ojos la desintegración de España. Sin embargo, si hemos de atender al comportamiento de los españoles, especialmente de sus gobernantes, y de forma muy concreta a lo que está haciendo ese insensato político llamado José Luis Rodríguez Zapatero, hemos de admitir que esos tres países, actualmente integrados en el Estado español, tienen toda la razón del mundo para independizarse. Y ello pese a que tanto Cataluña, como el País Vasco y Galicia llevan varios siglos integrados en España. Una situación que puede reproducirse en Andalucía, la Al-Ándalus de los moriscos. El Islam está volviendo a esa región española, filtrándose a través de las mezquitas y minaretes. De hecho, dicho territorio ha sido reclamado más de una vez por quienes fueron expulsados de él debido a la rapiña española encabezada por los Reyes "Católicos". Se trata de una situación evidente para quien haya leído la última novela de Ildefonso Falcones: toda Andalucía, insistimos, es producto de la rapiña conquistadora de los cristianos que les arrebataron a los moriscos, como hemos señalado, unas tierras que les pertenecieron durante siglos. España, incluso la España insular, es consecuencia de la rapiña que se produjo durante las razzias; consecuencia de crueldades sin límite e inconcebibles hoy en día. Ya vamos a los asuntos que queremos exponer ante nuestros lectores.

Decíamos al principio que no nos hemos visto obligados a pensar mucho para escribir estas líneas. No por insensatez -la insensatez es propia de los políticos-, sino porque la edición de ayer lunes de EL DÍA recoge cinco temas bastante "dignos" de mención. Comenzamos por la Cámara legislativa regional. "El Parlamento canario ignora las inquietudes ciudadanas", titulábamos en nuestra primera página. "Desde mayo de 2008 hasta el pasado 10 de diciembre, los diputados canarios sólo han asumido cinco preguntas ciudadanas, una pobre renta en 20 meses para una sociedad que se dice avanzada y una evidencia más de la distancia que existe entre unos y otros", se recoge en dicha noticia. ¿Quiere alguien alguna prueba adicional de la "utilidad" del Parlamento de Canarias? No decimos que sea una institución inútil como tal, pues el Parlamento en sí nos parece respetable y necesario. Cuando hablamos de inutilidad y de parasitismo nos referimos a su contenido actual. La chatarra política que alberga entre sus históricas paredes no sirve para nada. De sus señorías no se escapa nadie, empezando por su presidente y siguiendo por los otros cuatro miembros de la Mesa. El único honesto, Miguel Cabrera Pérez-Camacho, el único diputado que tiene la decencia de no cobrar, se ha tenido que ir. ¡Qué vergüenza! Lo repetimos: entre sus señorías -ellos y ellas- no hay ni uno, ni una, aprovechable.

En su momento tuvo lugar la famosa reunión de Medinaceli. En ella, ingenuos políticos tinerfeños, pensando que estaban dialogando con gente "civilizada" y no rapiñadora, consideraron que el lugar adecuado para la sede del Parlamento era Tenerife. Incluso se habló de ubicarlo en Los Rodeos con tal de que no estuviera en Santa Cruz. Al mismo tiempo, se le cedió a Las Palmas la sede de la Delegación del Gobierno, pues esos mismos políticos creyeron que no tendría la mayor importancia al estar dedicada sólo a asuntos policiales. Sin embargo, al calor de la Delegación del Gobierno la tercera isla está acaparando todo lo civil, lo oficial, lo militar y lo económico. Lo está acaparando absolutamente todo. Lejos están los tiempos en que Tenerife era la isla suprema en todos los aspectos; la capital única y efectiva de Canarias. Hoy Las Palmas ha pasado a ser la capital oficiosa, pero capital de hecho, del Archipiélago. Y los políticos tinerfeños, en Belén con los pastores. Seguimos.

Dice Bibiana Aído, inefable ministra de Igualdad del inútil y pernicioso Gobierno de Zapatero, que las propuestas de suprimir su Departamento son oportunistas y demagógicas. Lo demagógico, decimos nosotros, ha sido crear el ministerio que dirige esa señora o señorita. Doña Bibiana Aído es una inmoral política. Ocuparse de los labios inferiores de las mujeres, destinando una cuantiosa cantidad de dinero público para ello, es impropio de un país civilizado y de buenas costumbres. Es inconcebible que se cree un ministerio para esto. No cabe duda de que en España se ha perdido la vergüenza civil y moral. Continuamos.

También informábamos en nuestra página dedicada a Venezuela de nuestra edición de ayer sobre las manifestaciones de Hugo Chávez respecto a las Islas Malvinas. "Deja quieta a las Malvinas", le ha encarecido el mandatario venezolano a la reina Isabel II de Inglaterra. Las Malvinas acabarán siendo una nación. Su caso es muy similar al de Canarias: unas islas situadas junto a un continente distinto al que pertenece la nación que las coloniza, y a miles de kilómetros de la Metrópoli. Su destino es no ser ni argentinas, ni inglesas, de la misma forma que Canarias debe dejar de ser una colonia española sin pasar a ser una provincia marroquí, que es lo que pretende Rabat.

El cuarto de los temas que queremos comentar en este editorial nos lleva, un día más, al presidente del Gobierno de España. El cínico político de José Luis Rodríguez Zapatero acaba de decirle a Rajoy que no le pide ayuda para su Gobierno, sino para el país. Esto desborda la desvergüenza política. ¿Cómo puede salir ahora Zapatero con esta monserga? Zapatero es una calamidad. Pese a ello, es él quien está en mejor disposición para ayudar a España. Dimitir y marcharse a su casa sería el mejor favor que le puede hacer al país. No se puede consentir que las empresas sigan cayendo como moscas y las familias pasen más hambre cada día por culpa de este señor. Los españoles van camino de la bancarrota por culpa del presidente del Ejecutivo español, y los canarios seguimos la misma senda debido a nuestra ignominiosa situación colonial. Nuestra propia Casa está siendo víctima de la precariedad económica por culpa de Zapatero y sus mariachis, unido al odio que sienten por nosotros muchos correligionarios socialistas. Márchense todos de una vez y ayudarán realmente a este país. Y acabamos.

El quinto y último de los temas que tratamos hoy es la utilización de terrenos cultivables en Los Rodeos para ampliar las instalaciones militares existentes en la zona. Desde siempre es conocido que en Los Rodeos se sitúa la mejor zona agrícola de Tenerife; el granero de la Isla, como se ha llegado a decir. ¿Cómo es posible que la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias permita el disparate de que el Ejército requise esos terrenos? ¿Por qué no se amplían las instalaciones militares, en el caso de que sea necesario, en zonas áridas del Sur de la Isla, donde tampoco haya sebadales para que no protesten los ecologistas?

Siempre hemos elogiado al Ejército español, salvo por la intervención que tuvo en Canarias en los siglos pasados. Es un Ejército valeroso y eficaz, a pesar de las humillaciones a las que se ve sometido constantemente por el Partido Socialista. No obstante, en esta ocasión creemos que sus mandos se equivocan al comprometer el cada vez más escaso suelo rural de la Isla. No es esa la imagen de Fuerzas Armadas sensatas que siempre han tenido los militares españoles en estas Islas.