HASTA el pasado día 26 de enero de 2010 no había tenido la oportunidad de oír datos tan precisos, claros y didácticos respecto a este conflictivo asunto. No digo que no se hayan expuesto con anterioridad; a buen seguro que no estuve yo en el lugar y momento oportunos. Pero el día citado sí que acudí al Centro de la Cultura Popular Canaria (CCPC), que es donde se iban a exponer argumentos y opiniones respecto del referido asunto.

No es motivo de este artículo referir los datos que allí se expusieron. Sí he de manifestar mi opinión respecto a la confusión, por desinformación, que yo tenía y que en buena medida se me aclaró bastante. Supongo que la exposición y debate quedaría grabada en la fonoteca de Radio San Borondón. Datos precisos los expuestos por el catedrático de Biología de la ULL Sr. Brito en cuanto al concepto de protección de especies marinas; catalogación de las mismas conforme a su evolución; la incoherencia de la Ley de Catalogación de especies marinas que pretenden aprobar CC y PP en el Parlamento de Canarias y en la que se retiran de protección 250 especies, bajan de categoría otras y se incluyen otras que por su evolución positiva no sería necesario; en fin, un galimatías cuya única pretensión, al parecer, es dar carta de naturaleza al compromiso adquirido por el presidente del Gobierno de Canarias con los empresarios, allá por abril de 2009, en cuanto a que se promulgaría una ley que permitiría la construcción de aquel puerto. Aquí está la pretendida Ley de Catalogación de especies marinas (que sin duda hará desaparecer los conflictivos sebadales). O sea, muerto el perro se acabó la rabia.

La exposición que hizo don Pedro Anatael Meneses, extraordinariamente documentada en cuanto a las posibilidades de ampliación del puerto de Santa Cruz de Tenerife hacia San Andrés; la enorme capacidad de contenedores posibles, tanto para la logística insular como para transbordo; el positivo rendimiento económico de la operatividad si se hace en Santa Cruz respecto del puerto de Granadilla en consideración a la velocidad de los vientos reinantes; la liberación de la dársena de Los Llanos para otros usos marítimos (dada su obsolescencia al fin que ahora se dedica); la divergencia respecto de los datos oficiales, que aseguran que aquella ampliación hacia San Andrés requeriría 100 millones de metros cúbicos para relleno, y los expuestos por el estudio sostenido por el Sr. Meneses de que sólo serían 20 millones; etc., etc. Todo ello me llevó a entender que desde las organizaciones oficiales y desde hace mucho tiempo (desde que don Luis Suárez Trenor presentó el proyecto puerto de Granadilla en CajaCanarias) se han venido ocultando datos para validar la necesidad de aquel puerto. En aquellos momentos se aseguraba la imposibilidad de crecimiento del puerto de Santa Cruz. Hoy vemos cómo es ya una realidad parte de la ampliación posible del puerto.

Aquella necesidad constructora del puerto de Granadilla tenía aparejado el movimiento de tierras que habría de hacerse para la construcción de la segunda pista del aeropuerto Reina Sofía. Cosa esta que, además, parece estar por ver a juzgar por el paso de los años y las acciones gubernativas. No se por qué me barrunto que antes se construirá la tercera pista del aeropuerto de Gran Canaria (antes Gando) que la segunda de nuestro aeropuerto Reina Sofía.