HA FINALIZADO la primera vuelta con un encuentro en el que si alguien mereció ganar fue el CD Tenerife. ¿O no? Esta vez se plantó cara, inteligente y dignamente, aunque estuviera enfrente el tercer clasificado y mejor visitante, con un temible equipo repleto de figuras mundiales.

En cualquier actividad complicada casi siempre hay dos metas a acometer situadas, respectivamente, una, en el medio o largo plazo y, otra, en el corto plazo. En la confección de la dirección estratégica o de saber hacia dónde se camina está el futuro, y los posibles modelos son muchos. A mí me gusta el que ha tejido a lo largo de los años el RCD de La Coruña con su estimado presidente al frente, D. Augusto César Lendoiro. Supongo que la dirección y presidencia del Tete tienen definido un esquema pretendido en función de las posibilidades. La cantera canaria es un recurso que en estos momentos, a nivel fútbol español, está demostrando un poderío fuera de toda duda, y su mejor explotación en beneficio propio es prioritaria en cualquier política. D. Airam López, con 21 ó 22 goles, y todo el equipo del Tenerife B pueden ser un buen exponente, pero hay cientos de chicos en los campos de las categorías inferiores que podrían ser una mina deportiva. Un modelo a cinco temporadas como el del Athletic de Bilbao podría no ser ninguna locura, pero, claro, la paciencia es algo más llevable con una inercia a favor que no tenemos. Nos pondríamos nerviosos con facilidad. Hay que seguir plantando.

Lo que se traspasa es que esta temporada, y dada la situación de partida, el único objetivo se sitúa casi en exclusiva en el corto plazo. Se traspasa "escapar como sea" intentando enjugar el máximo déficit anterior para más tarde, si acaso, lucir algo de músculo. Cuando se está comenzando un trabajo no es fácil ver el producto terminado. La afición lo ha entendido y a ello nos aplicamos. ¡Tenerife! ¡Tenerife!

Corto plazo y tres puntos, analizar los dos últimos choques y enfocar la próxima final. El Real Zaragoza, habiéndose gastado una pasta y cubierto su cupo de extracomunitarios, viene en las mismas condiciones. Será un partido de los que se llaman a cara de perro.

El domingo pasado, César Sánchez, "ex" del Valladolid, Real Madrid, Zaragoza y Tottenhan Hotspur, portero del Valencia CF, se sacó unas manitas, especialmente una rebañada con las yemas, que guárdame un cachorro, ¡poorr favoorr! Te vas a hacer daño, colega, ¿qué necesidad? ¿y si por "H" o por "B" te tuerces el body de mala manera? Puedes fastidiarte en el costado o en la columna. ¡Déjala entrar!, hazme caso, ¡déjala entrar! No te compliques la vida, César ¿Qué te hemos hecho? Mirando al final de la liga que nos espera, la segunda vuelta terminará con la UD Almería en el Heliodoro y el Valencia CF en Mestalla, y, ojalá que no, probablemente estaremos agobiados por ganar y este emperador romano de pelo cuca nos tendrá que compensar con una cantada la trastada de sacar esa pelota rebotada. ¡Nos debes una!

El funcionamiento en el césped en los dos últimos partidos aparenta ir adquiriendo "oltra" dimensión más cuajada, más madura; los mismos jugadores van centrándose, ya era hora, y a menos que sea un espejismo estamos empezando a cerrar orificios. Un cero en el casillero no se ha cosechado desde la guerra de Espartero (1-0 con el Bilbao en casa). Como he comentado, los maños vinieron desde el miércoles a jugársela en plan final, a vida o muerte, y nosotros, que estamos igual de jodidos, tenemos que llenar ese estadio y animar desde el principio. En la primera jornada, según las crónicas objetivas, Zaragoza y Tenerife realizaron un buen partido en su regreso a la Primera División, especialmente el conjunto tinerfeño, que mereció más de su visita a La Romareda. Ambos conjuntos tuvieron numerosas ocasiones, pero sólo Arizmendi consiguió marcar.

Y esa es la clave, ¡marcar!, ¡marcar! y ¡marcar! El año pasado, entre Nino (29) y Alfaro (20) consiguieron 49 goles. Esta temporada llevan 5 y 3, respectivamente, con lo que a ese ritmo al final cosecharían 10 y 6. Menos de un tercio que el año pasado.

Los goles son amores. Qué bonito cuando los nuestros se abrazan, se tiran por los suelos, se besan y corren como cabritos de contentos ¡Qué alegría más grande!