HOY VOY a comenzar mi columna con un hecho que interesa a una gran mayoría de personas, como son los pensionistas, ciudadanos que han colaborado al desarrollo del bienestar que disfrutamos. Teóricamente, vivimos en un Estado de derecho y además social, entre otras cosas porque tenemos un Gobierno socialista, que lógicamente no se cansa de pregonar la importancia que le da a "lo social". De todos es sabido la enorme crisis económica actual, en que, según dicen la prensa extranjera y la nacional, así como la mayoría de las instituciones financieras, España es el único país de economía avanzada que no va a salir de la recesión este año 2010, a pesar de las promesas del Gobierno, empezando por su presidente, y ya veremos el que viene. Incluso se habla de posible expulsión del euro, con las tremendas repercusiones que tendría. El ministro de Trabajo reconoce que el paro supera los cuatro millones, y eso lo ha reconocido porque, entre los que están haciendo cursos, que los han borrado del paro, y los que no están apuntados, especialmente mujeres amas de casa, la cifra se acercará, si no lo supera, a los cinco millones, lo que puede significar más del 20% de la población trabajadora. En Europa la media es un 8%, es decir, menos de la mitad.

Pues bien, en estas circunstancias los pensionistas este año, supongo que unos más que otros, hemos visto disminuir nuestros haberes, en mi caso 9 euros mensuales. No es mucho, pero si lo sumamos a lo que debía de haber subido la cifra se agranda. Lo que ha ocurrido es que la subida en mi grupo ha sido del 1,01%, prácticamente lo cobrado el año pasado. Pero resulta que han aumentado las retenciones, con lo cual las consecuencias son las expuestas: cobramos menos este año que el pasado. Si a esto le añadimos que, después de muchos años de servicio al Estado, por tanto cotizando, las pensiones calculadas en función de lo cotizado se reducen, por el límite de la pensión máxima, norma fuera de la Ley de Presupuestos, según tengo entendido, por "solidaridad" con el resto de los pensionistas que tienen peor pensión, entonces se hace más difícil de aceptar, aunque no haya más remedio.

Para mí lo que resulta más insoportable es que la solidaridad es sólo entre los pensionistas. Existen profesionales (abogados, arquitectos, médicos…), empresarios, grandes directivos bancarios, muchos miembros de órganos del Estado y muchos políticos con dos o tres cargos y dos o tres sueldos, algunos sin titulación, que cobran importantes cantidades mensuales y no creo que les descuenten nada por "solidaridad" con nadie, a no ser con Hacienda.

Cambiando de tema, se cumple un año del asesinato de Marta del Castillo, en Sevilla, y aún no ha aparecido el cadáver después de haber rebuscado en el Guadalquivir y en un vertedero, con un alto costo para el erario publico y terrible desesperación de los padres y familiares, con continuos cambios de testimonios. Para mí, significa una verdadera tomadura de pelo al Estado de Derecho y a la Justicia; no comprendo por qué no está previsto en las leyes que en estos casos, bajo control judicial, no pueda utilizarse el "suero de la verdad", o algo semejante (hipnosis…) -no me refiero a torturas tipo Guantánamo- para conocer lo que realmente pasó y acabar con todo esto y conocer la verdad de los hechos.

Otro caso ha sido el llamado "Rafita", que siendo menor pudo violar, atropellar y quemar a una pobre muchacha, Sandra Palo, y hoy en día está en libertad vigilada ¿por quién?, ¿por el Estado o por la Comunidad donde se encuentre? No entiendo nada de leyes, pero por sentido común, si un menor es capaz de cometer esas barbaridades, o está loco y habrá que encerrarlo en un centro psiquiátrico, o es un criminal, que mientras sea menor habrá que tratarlo en un centro de menores adecuado, y tan pronto cumpla la mayoría de edad deberá cumplir la condena que le corresponda por los hechos cometidos en el centro correspondiente, todo menos ponerlo en libertad aunque sea vigilada, porque este individuo, desde que está en estas condiciones, ha cometido tres delitos, aunque no sean de importancia. Se está proponiendo estos días la implantación de la condena perpetua, con una revisión adecuada al cabo de un tiempo, con lo cual, según los entendidos, se cumpliría con la Constitución, otros dicen que con la ley actual de cumplimiento máximo de las penas sería suficiente, pero creo que este caso se aplica sólo a casos de terrorismo.

Otro tema candente hoy en día ha sido la tragedia de Haití, asolado por varios terremotos de importante intensidad, especialmente el primero, que arrasó su capital, Puerto Príncipe. Varias cosas han quedado demostradas: una de ellas es la nulidad de actuación en conjunto de la Comunidad Europea, no con dos sino con tres presidentes, Durao Barroso, Rompuy y Zapatero. Lógicamente, no han sido capaces de ponerse de acuerdo y ya han pasado demasiados días. Otro organismo que debería haber sido fundamental en casos como este, el primero de todos, es la Organización de Naciones Unidas (ONU). Se ha puesto en evidencia que carece de una organización política adecuada para la actuación global que le corresponde, siempre supeditada su actuación al Consejo de Seguridad y al veto de algunas naciones: EEUU, China, Rusia, Francia, Reino Unido… y que al carecer de fuerzas propias lo convierten en inoperante en la mayoría de las situaciones. Ya va siendo hora de cambiar su estructura y dotarla de medios para que pueda actuar como se espera de tan alta organización.

En el caso del almacén de residuos nucleares, que lógicamente debe reunir una serie de condiciones, así como en el empadronamiento de los inmigrantes, con su importante repercusión en los ayuntamientos, ha quedado también en evidencia la nula actuación del Ejecutivo, que sin duda debería, con el consenso necesario, tomar decisiones.

El día 27 de enero se recordó en un acto público en el Palacio Municipal de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, el 188 aniversario de su nombramiento como capital militar del Distrito de Canarias. En este sentido, destacar que Santa Cruz era en esos momentos una "villa"; su nombramiento de ciudad fue concedido por R.D. de 29 mayo de 1859. El acto consistió en la actuación de la Orquesta Municipal y una conferencia del general de Artillería Abad Ripoll, que destacó la importancia de que la ciudad tuviera entonces un proyecto común y gran ambición, y que era la única plaza fortificada.