APENAS sé quién quien es Henry Kamen; sé que se denomina historiador y autor de un librito titulado "Bocetos para la historia" y de una cuasiponencia, "Bailando con lobos", cuyo fundamento es instigar y criticar intelectualmente a E. Hobsbawm, del cual sí que conocemos que es un preclaro estudioso de la historia de los nacionalismos.

Pues bien, Kamen emite versiones y opiniones tales como que "la ideología del nacionalismo se intenta sostener por la vía de la falsificación de la historia"; así como que "la capacidad del nacionalismo para el autoengaño es ilimitada y negociar con ciertas de sus categorías es un viaje por el desierto". Estas observaciones las saca y emite sobre el libro de Hobsbawm "Naciones y nacionalismo desde 1780".

Tomando como piedra de toque para sus comentarios el libro anteriormente mencionado, y dado que es un libro que manejo y he manejado desde su publicación en 1991 para comprender la amplitud y significado de las cuestiones en torno al nacionalismo y las naciones y saber de su historia, sí tengo que decir que desde esa fecha no he encontrado por ningún lado ni en ninguna página perdida las afirmaciones de Kamen.

Más aún, lo que pretende el profesor inglés es analizar históricamente las disponibilidades culturales que tienen los pueblos para hacer frente a una historia que le han contado mal y situarla en su justo y verdadero lugar. Muy al contrario de lo mencionado por Kamen. Y, además, Hobsbawm introduce el término de "protonacionalismo", como todos aquellos lazos que en un momento determinado pueden movilizar ciertas variantes de pertenencia colectiva que ya existían y ponerlas a funcionar para lograr el objetivo final: la nación.

El profesor inglés aún llega más allá y remarca que es imposible que el nacionalismo decaiga dado que su fuerza es demoledora.

Finalmente decirle a este deficiente "interpretador", o si se quiere "intencionalmente mal interpretador", que al final del libro del profesor hay una frase harto elocuente sobre el análisis que hace sobre el nacionalismo, que es definitiva, y que es bueno saberla para poder entender por qué vericuetos anda nuestro querido planeta: "La lechuza de Minerva que lleva la sabiduría ha levantado el vuelo del crepúsculo y está volando en círculos alrededor de las naciones y del nacionalismo".

En momentos clave para la historia y desarrollo de los pueblos donde existe, y ya desde más allá de nuestros mares una vez superado el calvario y suspense del Estado de las Autonomías, y donde se pensó que iba pasar no se sabe cuánto, vemos que no ha pasado nada. Todo sigue igual pero obsoleto, enquistado y con las mismas exigencias nacionalistas pendientes. Por lo que habría que plantear, una vez superada esta etapa (y no lo digo yo, sino reconocidos pensadores y politólogos de la cuestión), otra alternativa. Y así habría que ir hacia una confederación de Estados, autodeterminación y más adelante independencia de los pueblos que componen ese Estado.

Es ese el debate a nivel mental y posibilista que, tarde o temprano, tendrá que plantearse con mayor crudeza e ir por la senda de las clarificaciones conceptuales y los deseos de los pueblos.

De ahí que debatir sea deseable, pero si se elude la finalidad y el objeto se estará perdiendo el horizonte y el sujeto histórico se diluirá en disquisiciones que no llevan a ninguna parte.