NO DEJO DE PREGUNTARME el porqué la naturaleza se muestra especialmente terrible con los más pobres. Ahí están las imágenes desoladoras de los efectos del terremoto en Haití. Aún no se sabe cuántas personas yacen bajo los escombros y se cuentan por cientos el número de víctimas.

Haití no es un país conocido, no es un lugar turístico a pesar de estar enclavado en el Caribe. En Haití la pobreza aguarda en cada esquina y los haitianos no terminan de encontrar dirigentes políticos capaces de luchar contra la miseria y llevarles al siglo XXI. De manera que Haití, pese a formar parte de la misma isla que República Dominicana, es un lugar perdido, al que no va nadie.

Mientras República Dominicana lentamente va encontrando en el turismo su vía al desarrollo, Haití continúa sumida en la nada. Mismas playas, mismo clima, mismas posibilidades, pero pareciera que ese trozo de la isla está condenado al infierno.

El terremoto de 7 grados se ha sentido hasta en Santo Domingo, pero ha sido en Puerto Príncipe, la capital haitiana, donde ha tenido efectos devastadores. ¿Alguien detectó que podía producirse el terremoto? ¿En alguno de esos sofisticados centros tecnológicos que estudian los seísmos se dieron cuenta de lo que podía suceder?

Vivimos en una sociedad donde muchos quieren librarlo todo a las novísimas tecnologías, pero la realidad es que cuando la naturaleza decide rugir no hay aparatos que puedan con ella. Aún así, cabría pensar que esas nuevas tecnologías que parecen servir para todo deberían de ser capaces de afinar al menos en la predicción de ciertos fenómenos como tsunamis, huracanes, terremotos, etc. Pero acaso la naturaleza nos da estos zarpazos para recordarnos que somos seres diminutos que nada podemos contra ella, pero lo terrible es que siempre se ensaña con los más débiles, con los más pobres.

La sociedad internacional está conmovida por el desastre que se ha cernido sobre Haití. Quizá sería una ocasión para que además de acudir a ayudar a paliar los efectos terribles del terremoto después se llevara a cabo un plan de ayudas eficaces que sirvan para que este país caribeño salga de la miseria.

Haití es uno de los países más pobres del mundo y, sobre todo, lo que necesita son unos gobernantes decentes, pero, mientras tanto, la comunidad internacional podría llevar a cabo alguna actuación que sirva para aliviar la miseria y ayudar a los haitianos a salir adelante. Hoy Haití está en el mapa político a causa de un terremoto, pero lo importante es que lo siga estando aunque dentro de unos días ya no sea titular en los telediarios.