NOTICIA en la primera página de nuestra edición de ayer: "Canarias incumple las transferencias en Justicia". Ya dijimos una vez que Paulino Rivero debería reconsiderar la permanencia en el Gobierno de ciertos consejeros. Son políticos con cargo público que están perjudicando a Canarias y no sólo al Ejecutivo autonómico. Es el caso del titular de Presidencia y Justicia, José Miguel Ruano. A este señor parece que sólo le preocupa tener formada y en orden de revista, cuanto antes mejor, a la Policía Canaria, para que sus agentes se le cuadren cuando él baje del coche oficial. Esa policía no la necesitamos hasta que Canarias sea una nación independiente. De sus demás obligaciones no hace ni caso el señor Ruano. El traspaso de competencias firmado entre el Gobierno canario y el Ministerio de Justicia en 1997 contemplaba que la comunidad autónoma aumentaría un cinco por ciento la plantilla cada año. Sin embargo, la Consejería que dirige el canarión José Miguel Ruano no hace efectivo este acuerdo desde 2007 porque cree que no es vinculante. Y todos tan contentos. ¿A qué espera para cesarlo, don Paulino? ¿No ve que este hombre es un inútil político que lo perjudica a usted y a todo el pueblo canario?

Cambiamos de tema. También en nuestra edición de ayer publicábamos un artículo de Jerónimo Fregel Pérez, director del Instituto Canario de la Vivienda, titulado "La política de vivienda y el nuevo PGO de Santa Cruz de Tenerife". En dicho artículo afirma el señor Fregel que "la necesidad de contar con el Plan General de Ordenación en Santa Cruz de Tenerife es innegable desde una doble perspectiva: desde un punto de vista estructural, establecería unas bases estables de referencia a largo plazo de los instrumentos de política de vivienda dirigidos a mejorar el acceso y uso de la vivienda a los ciudadanos con dificultades entre ellos, la creación de un Observatorio Municipal de Vivienda. Desde un punto de vista coyuntural, activaría medidas decididas para evitar un mayor deterioro de la situación".

Creemos que tiene toda la razón. Una vez aprobado, el Plan General de Ordenación de Santa Cruz hay que ponerlo en marcha cuanto antes. Hay que cumplir los trámites necesarios y, una vez hecho esto, hay que luchar sin tregua contra los enemigos de Santa Cruz pagados por Las Palmas. No nos olvidemos de que Las Palmas no quiere el progreso de Santa Cruz ni de Tenerife. Citamos tres ejemplos. En primer lugar, este Plan General que los canariones "grancanarios" no quieren que salga adelante. Al mismo tiempo, los dirigentes grancanarios cacarean el aumento del número de habitantes de Las Palmas en unos cientos de personas, porque de esa forma esa ciudad se sitúa en el noveno puesto de las ciudades españolas. Sin embargo, esas ocho ciudades peninsulares que están por delante son urbes bellas. A Las Palmas, desgraciadamente, no la acompaña ni la tierra, ni el cielo, ni el verde, ni el azul. Es una ciudad triste, desangelada y fea. Lo decimos porque no somos políticos. Por lo tanto, no tenemos ningún señor al que rendirle cuentas. Únicamente nos debemos al pueblo canario, tinerfeño y chicharrero, amén de a nuestros lectores. Las otras dos obras de suma importancia para Tenerife a las que se opone siempre la tercera isla, mediante esbirros pagados con el dinero amarillo, son el puerto de Granadilla y la reforma de la Playa de las Teresitas. Eso es vergonzoso y lamentable. ¿Cuándo van a reaccionar los políticos tinerfeños? ¿Cuándo se va a levantar una voz que acompañe a EL DÍA en su defensa de esta rapiñada Isla?