1.- Aquello de "picha española no mea sola" se lo ha apropiado de un plumazo la ministra de Igualdad, la sin par . A partir de estos días, ellos y ellas mearán juntos, y es de esperar que no revueltos, en los urinarios unisex creados por decretazo en el departamento que dirige. La ministra ha decidido que en ese su edificio haya meaderos compartidos por señoras y por caballeros. Es decir, un suponer, que a no le importaría, de prosperar la especie en todo el territorio nacional, que las españolas apoyen el culo sobre el cerco de orín que dejan los camioneros en los retretes de las gasolineras. Que viva la Pepa y que todo sea por la higiene. No me pregunten lo que haremos con el agujero del mago, ese orificio con dos posaderas en forma de patas colocadas estratégicamente en sus extremos para que el rural defeque de cuclillas, y que generalmente es usado exclusivamente por elementos del género masculino. Me tengo que poner un tanto escatológico para explicar la noticia, pero será así: que venga un día la ministra a un tugurio de esos altos y que le entre un apretón, a ver cómo se escarrancha y cómo llega, en esa posición, a la cadena, que casi siempre está cortada, yo creo que adrede. Ni Pinito del Oro conseguiría jalar de ella.

2.- Me entero de que la orden será comunicada a los funcionarios en breve. Es de esperar que, dado el paro provocado por sus mentores socialistas, la Aído haya previsto la resurrección de las madamas de los lavabos, que eran señoras que por una módica cantidad te hacían un avío, la posterior higiene correspondiente y finalmente te maceraban el miembro con colonia de limón, hasta la picazón. O quizá quiera reivindicar, en el repetido decreto urinario, la noble figura del maricón palanganero, espécimen muy utilizado en las casas de putas, esa figura ágil que balanceaba su entusiasmo escalera arriba, con la palangana a cuestas, sin derramar una gota, y que frotaba con fruición al cliente hasta la extenuación (del propio maricón).

3.- Aunque la locura socialista puede conducirnos a más dislates como el que se relata, el dicho de que "picha española no mea sola" se lo lanzó el propio Rey Juan Carlos al periodista Pepe Oneto, cuando una vez los dos, hace ya muchos años, coincidieron en un cuarto de baño. El Borbón, con su gracia, acudió al refranero. Ahora, siguiendo la real filosofía, el rabo funcionarial y español meará acompañado, o al menos en el mismo inodoro de la señora Aído y de cualquiera de las de su sexo. Cosa que a mí me parece una jediondada, más por ellas que por uno, porque sabido es que el hombre siempre orina por fuera de la tasa y lo deja todo perdido. Y la mujer, como lo hace sentada, es más pudorosa, recatada y limpia. Eso, por regla general, que siempre habrá sus excepciones. Decididamente, esta gente no tiene remedio. Le gustan los charcos, aunque sean los formados por las mareas miccioneras. Tsunamis, diría yo.