TENGO entendido que hacer huelga de celo es trabajar estrictamente sólo lo que señala el reglamento de la actividad laboral de que se trate. Los señores conductores de los autobuses de la empresa pública Titsa, propiedad del Cabildo Insular de Tenerife, que suman 272 en Santa Cruz, estaban en huelga de celo desde el día 9 de noviembre. Esta clase de huelga suele estilarse en las compañías aéreas, en las que, naturalmente, no dejan de volar los aviones ni de servir la escasa y, en general, mala comida a bordo, ahora previo pago de su importe según me han contado y no sé si es en todas las líneas aéreas, que en el campo dicen "áreas". Pero los pilotos no trabajan una hora de más y las azafatas y azafatos no dan ni un vaso de agua fuera de las horas de condumio.

A un servidor le tocó, en mala hora, sufrir una huelga del personal de cabina en un vuelo de Iberia de Las Palmas a Buenos Aires, vía Montevideo, que es bastante más largo que un trayecto a Lanzarote. no sé si la huelga era de celo o de las otras, pero recuerdo que la comida la dieron en unas bolsas en las que metieron hielo, que se derritió y las papas y todo lo demás apareció enchumbado y, para comer -sólo el intento- había que ponerse la gabardina.

Las huelgas no jeringan a los mandamases de las empresas sino siempre al usuario. En esta huelga de los chóferes de Titsa, Santa Cruz, de anormal sólo notó que las guaguas llegaban a las paradas con una irregularidad que no he podido medir para compararla con la que es habitual cuando no hay huelga. Porque los señores conductores y los inspectores, si es que los hay porque jamás he visto uno como no sea camuflado de pasajero, siempre, con huelga o sin huelga, hacen lo que les sale de donde dicen que salen esas cosas.

Los sindicatos que amparan a los trabajadores de las guaguas del servicio urbano santacrucero dicen que la huelga de celo "causará una paralización de la actividad empresarial, ya que los empleados que se adhieren a este "paro de celo" dejarán de trabajar los nueve días por mes que les corresponden según convenios. Pero se supone que para que los usuarios incrementen los cabreos que ya cogen con los responsables de la empresa, los chóferes, como dueños y señores de la guagua, porque son los únicos que mandan en ella, cojan los papeles acreditativos y los muestren para comprobar si tienen derecho o no. Esto, aunque está en las normas, no se suele cumplir para evitar detenciones del vehículo, pero, con la huelga de celo, se fastidia a los desdichados puretas, con pensiones mínimas que son los poseedores de los bonos. O sea, de jeringar a la empresa, nada. De hacer la vida imposible a los pobres jubilados mayores, todo.