EN SU MOMENTO, José Luis Sampedro, catedrático de Estructura Económica, puso en tela de juicio la globalización en manos de unos pocos con poder suficiente para dirigir la misión a escala planetaria. Con lo que queda por andar y descubrir, sin es que alguna vez se esclarece el Misterio de la Santísima Trinidad, J.L. Sampedro, un amante de la globalización racional y equitativa, acertó a la hora de valorar el fondo de un asunto arbitrado por los actores que más lejos mean.

Pues bien, es evidente que no se equivocó en el diagnóstico. Unos años después, las alarmas empezaron a dar señales de que algo no iba bien en los países estrella. La crisis de la subprime, el rescate de AIG, el hundimiento de Lehman Brothers, etc., etc. sembraron la inquietud en la Rosa de los Vientos. Si bien los vicios y los excesos cometidos por los que contribuyeron a inflar la burbuja financiera ya han quedado claros.

En lo tocante al problema en España, sólo 2 ó 3 chorizos llenaron los bolsillos con dinero ajeno. Como ven, hasta ahora el debate se ha centrado en torno a ZP, la crisis y las medidas para contenerla. En ningún momento las cosas se han hecho bien, o medianamente bien, en tanto que los índices de paro aumentan todos los días. De hecho, con el plan destinado a las corporaciones locales, hubiera bastado para ayudar a los empresarios a sufragar el 25 ó 30 % de las cuotas con cargo al Régimen General de la Seguridad Social. Pero, como saben, a los empresarios ni caso, a los empresarios ni agua. No me sorprende.

¿Saben? este país va ser de funcionarios, políticos y sindicalistas liberados? Algún día hablaremos del bienestar y la paz social que esgrimen los colocados y bien puestos en las organizaciones y estamentos al socaire de los sueldos, las subvenciones y lo que caiga... Algunos, posiblemente un "montón" en esto de mamar del bote del erario, a poco que la "calma chicha" desaparezca y el viento se abra paso a diestro y siniestro de las cuatro esquinas, van a saber lo que cuesta un peine, una barra de labios u otros accesorios del careto.

A mi juicio, y con la salvedad de las diferencias impuestas por los tiempos y las circunstancias, nos encontramos en una situación peor que la contrastada cuando España dejó de sonar en el concierto de las naciones. Ni siquiera el desastre de Trafalgar (que supuso un antes y un después en el devenir de la ¿nación?), con el país a merced del oro y la plata de las colonias, pasando por la invasión napoleónica y la pérdida de Cuba y las Filipinas, recrea el conmovedor espectáculo desencadenado a partir de las políticas neoliberales expandidas por el tal George Bush. En primer lugar, por extenderse el caos de la crisis económica por la ruta de la globalización, a continuación, o a posteriori, engordada por el liante de ZP para salir airoso de las elecciones.

Parece, pues, enteramente lógico, que casi nadie corra el riesgo de invertir y, por un descuido, perderlo todo, incluso la familia. Sin embargo, no puede uno decir lo mismo de los seres especiales venidos del más allá, los banqueros... Ni se sabe la dimensión de la "telaraña" en torno a la renta variable. Ahí sí que hay movida y pescado fresco para rato. El campo es tan fructífero como en los años dorados de las compras y las reventas de los productos basura negociados en las bolsas; con diferencias, pero ni más ni menos. A lo sumo, durante un par de años más, mientras la construcción y el mercado inmobiliario permanezcan a la espera de tiempos mejores, la banca seguirá hincándole el diente a los productos que reporten beneficios a corto y medio plazo. No voy a entrar en los detalles, pero esto es un capitalismo de armas tomar; sobre todo para los descarriados hijos de Eva? Vamos, con este panorama es raro que el ángel exterminador no aparezca echando chispas y dando puntapié al primerizo de La Moncloa. Incluso dudo de que el Estado de bienestar pueda llegar sano y salvo al episodio electoral de 2012. Con la precariedad laboral azuzando a las familias, la formación reglada, que no es cosa de hoy para mañana, más el hecho de no competir con los países del entorno, etc., etc. No va a quedar ni un empresario capaz de dejar caer que ejerció como tal, so pena de persecución y/o desprecio. Bromas aparte, pero un político diligente hubiera dimitido nada más observar el fenómeno al alcance de la mano; pero en este país ni lo sueñen. Y menos que lo haga un socialista como Zapatero; más falso que el cascarón de una lapa erosionada por el transcurso del tiempo; ni pensarlo. A este sujeto le importa un bledo que el país vaya sin rumbo, sobre todo, y como lo hemos advertido en más de una ocasión, mientras haya "convidados" como los de CC comiendo en sus manos, la sangre no llegará al río. ¡¡Guau, guau!!

Amigos, como decían los gladiadores que se disponían a luchar hasta la muerte: "La suerte está echada". Y tanto, vaya, que Zapatero va a seguir con la misión de joder más y más a los españolitos que le hacen la cama un día, el otro y al siguiente. Incluso bajo el manto de un progresismo incapaz de frenar la destrucción del empleo, las bajas de los autónomos, las pymes y paro de contar. A su diestra, los banqueros reticentes a renovar y/o ampliar los créditos a las empresas de dudosa tesorería, revueltos entre zapatos y botines, valoran que los sociatas no se metan en los berenjenales de la "bancada".