ESTE AÑO se cumplen 30 años desde la celebración de las primeras elecciones democráticas a corporaciones locales y, con tal motivo, el teatro Leal se convirtió el pasado viernes en el escenario elegido para la conmemoración de la efeméride.

Fue un acto eminentemente emotivo en el que flotaba en el ambiente el recuerdo de todos aquellos que ya no están y se respiraba, por encima de todo, mucho amor por La Laguna. Por esta ciudad única, cantada por poetas de todos los tiempos en la que hace 30 años se comenzó a construir un edificio sólido, el de la libertad y el respeto, que hoy habitamos todos.

El acto, sobrio como corresponde a una celebración de estas características y a la coyuntura actual, brilló con la presencia de los cuatro alcaldes de la etapa democrática y de sus concejales. Hombres y mujeres que han conformado los diferentes equipos de trabajo del Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna y que siempre han trabajado alentados por un exquisito sentido de la responsabilidad.

Esa responsabilidad, generosidad e inteligencia les ha movido a continuar aquellos proyectos que dejaron sus antecesores y que han hecho a la ciudad progresar, e iniciar otros muchos, dejando sentadas las bases para un futuro que hoy es presente.

El pasado día 30 había mucho que agradecer. En primer lugar la constancia, en unos momentos que fueron, desde un principio, complicados. Había que empezar a construir una sociedad nueva, había que empezar a administrar con sabiduría esa libertad recién estrenada que se respiraba en el ambiente y levantar de la nada un proyecto democrático que perdurara.

En esos primeros momentos, sin saberlo, aquellos laguneros y laguneras que decidieron dedicarse a la vida pública estaban haciendo historia. Estaban poniendo todo su trabajo y su tiempo al servicio de construir una sociedad más justa y una ciudad, un municipio, que iba a recuperar el esplendor de tiempos pasados y a abrirse al mundo, como hiciera desde su misma fundación.

Los ayuntamientos se transformaron, desde ese momento, en una vía para la participación real de los vecinos, de manera individual o colectiva, que de este modo pudieron empezar a formar parte de la vida municipal, reivindicando sus necesidades, expresando sus inquietudes y, por encima de todo, ayudando a definir el modelo que querían para su ciudad y la gestión de la misma.

Las palabras de Pedro González, Elfidio Alonso, José Segura y Ana Oramas no dejaban lugar a dudas: para todos y cada uno de ellos, con su dilatada carrera política e intelectual, ser alcalde de su pueblo ha sido el mayor honor que han recibido.

Por ello, era necesario que en este acto homenaje se les entregara un bastón de mando, conmemorativo de aquel momento en que su generosidad y su lealtad institucional les llevó a convertirse en alcaldes de San Cristóbal de La Laguna.

Sus discursos, llenos de emoción, fueron, de nuevo, una lección de compromiso democrático que siempre deberíamos tener presente. Somos ya una sociedad adulta, pero con frecuencia nos olvidamos de que para llegar hasta aquí han hecho falta muchos años de trabajo y de lucha diaria de aquellos para quien la libertad era el único camino posible.

Hasta que llegó la democracia, los ayuntamientos y el resto de administraciones trabajaban sin tener en cuenta a la ciudadanía, mecanismo que cambió de lleno tras la aprobación de la Constitución, en la que se sentaron las bases de un trabajo común que llega hasta nuestros días.

En estos treinta años transcurridos, La Laguna ha cambiado por completo. Los barrios y los pueblos están ya muy alejados de aquellos en los que aún faltaba el agua y los servicios básicos. Hemos conseguido ser una ciudad modélica como lo fuimos en nuestros inicios. Ayer mirábamos a América y hoy miramos al futuro, que está en cada uno de nuestros ciudadanos y su calidad de vida, la misma para todos, sean de donde sean.

Estamos trabajando para que La Laguna, en esta nueva etapa que comienza para todos, sea referencia con tres ejes fundamentales en los que vamos a seguir avanzando:

La atención a las personas, que ha sido fundamental en años anteriores y que en épocas difíciles como esta es primordial para mejorar su calidad de vida.

La activación de la economía local, que vamos a proyectar a todo el municipio con el Plan General, que está dando sus primeros pasos con el consenso ciudadano, y que convertirá a La Laguna en el motor económico del área metropolitana.

En este sentido, las comunicaciones y la movilidad de los ciudadanos serán claves para ese desarrollo en el que ya estamos inmersos.

Y en tercer lugar, la actividad intelectual y cultural, con el potencial enorme que por herencia tiene esta ciudad, sede de las más relevantes instituciones, y al que se une el importante activo que supone la Universidad de La Laguna y sus centros adscritos, con la implantación plena de las nuevas tecnologías y un enorme esfuerzo en investigación que nos haga estar a la vanguardia de Europa.

Han sido 30 años de progreso, en los que se han dado pasos fundamentales para la historia de San Cristóbal de La Laguna. Ahora, comienza una aventura igualmente apasionante de la que todos vamos a ser protagonistas, puesto que juntos estamos diseñando un modelo de ciudad adaptada a los nuevos tiempos, a los desafíos del siglo XXI, en la que todos tengamos las mismas oportunidades.

Con esa mirada puesta en todo lo bueno que vendrá felicitamos a los alcaldes y los concejales laguneros de la democracia y sentimos el honor de ser parte de una historia colectiva construida desde el respeto, la tolerancia y el amor más profundo por nuestros conciudadanos.

Vaya para ellos, también, nuestro homenaje.

* Alcalde de San Cristóbal de La Laguna