VITO ANDOLINI, llamado Vito Corleone (Corleone, 7 de diciembre de 1892 - Nueva York, 2 de agosto de 1955), conocido por Don Vito, es un personaje ficticio que representa a un capo de la mafia siciliana (que podría parecerse en la realidad a -en sentido de poder y falta de escrúpulos- Mr. Frank Costello por ejemplo, en su encarnación del sueño americano), que protagoniza la novela "El Padrino", del escritor italoamericano Mr. Mario Puzo. Además, el personaje ha aparecido con mucho éxito en el cine en las dos primeras películas de la trilogía del mismo nombre y en una serie televisiva conocida como "The Godfather Saga", que se basó en la obra de Puzo y que fue dirigida por el productor y director cinematográfico Mr. Francis Ford Coppola entre 1972 y 1977.

Don Corleone es un gran líder, bárbaro, un hombre que sitúa la amistad, la lealtad, y la familia en lo más alto de la lista de virtudes, que tiene un código de honor y decoro, que lo hace despreciar el tráfico de drogas, y que valora su palabra manteniéndose en una antigua moralidad sexual.

Cuando Puzo publicó la novela en 1969 se convirtió en su obra cumbre, permaneciendo 67 semanas como superventas en Estados Unidos, además de haber vendido aproximadamente más de 21 millones de copias a lo largo de los años. Igualmente, la primera película de Coppola, obtuvo ganancias que alcanzaron los 150 millones de dólares en el primer año de lanzamiento, convirtiéndose en uno de los filmes con los ingresos más altos de su época.

Igualito. Para empezar a analizar la catadura moral de los personajes implicados en el fondo de la trama corrupta denominada Gürtel hay que anticipar que, según las investigaciones, "Don Vito" era el alias particular por el que el resto del pastel conocía al individuo principal. D. Francisco Correa. El que creía que todo era posible metiendo el rejo.

Según cuentan, su pinta lo delataba, con el pelo engominado y los rizos en la nuca, pero la imagen muchas veces no indica, bajo mi punto de vista, nada. Boberías. Son las actitudes y los fondos, hay gente que parece estirada o peligrosa y no lo es, y gente que no lo parece y lo es. No era pijo, lo excluyen los puropij, pero sí quería vivir como ellos: veranear en Marbella, navegar en yate, conducir un deportivo y casarse con una tía buena rica. Vale, ¿y qué?, reconozcamos que la sociedad ha perdido tantos principios que si fuera por querer casi todos estarían haciéndole compañía en la cárcel.

Lo grave era el proceder de D. Vito y del cual nos podemos formar idea oyendo las grabaciones que figuran en el sumario. Correa hablaba así: "Se va a enterar este hijoputa". "Le voy a dar a éste su merecido". "Tengo un negocio que me voy a salir de la tabla"...

Las investigaciones policiales y judiciales comienzan a desenredar la madeja económica montada por la "Cossa Nostra" y a contabilizar el dinero que movieron los hombres de Corleone. La caja de seguridad número 52 que tenía D. Pablo Crespo, socio del capo, en Caja Madrid y en la que figuran una serie de nombres en clave como Chiquitín, Cial, Gibr, Ibiza, Benj y Venere, empieza a manar petróleo: sobornos, propiedades inmobiliarias, negocios con ases y millones de euros, dólares y francos suizos en el extranjero gestionados por testaferros.

Entre esos alias o nombres en clave figuran, según las pesquisas de los agentes de la UDEF, políticos y empresarios, operaciones en chalets de lujo y la adquisición de flota marinera. La mayoría de los "bisnes" fueron gestionados por los presuntos testaferros del grupo en el exterior, el suizo D. Arturo Fasana y el norteamericano D. Randall Lew.

Con las notas y apuntes encontrados, en la caja 52, la Agencia Tributaria determina el posible sistema que utilizaba la organización: "Una serie de sociedades constituidas en el Reino Unido y Holanda, que a su vez estaban participadas por entidades domiciliadas en las Islas del Canal y en las Antillas Holandesas?, que se han utilizado como vehículo de entrada de fondos a las sociedades patrimoniales ubicadas en España". En esa caja 52 también había dos apuntes contables del Credit Suisse de Ginebra por un "valor liquidativo" de 15.421.767 euros y 6.745.872 francos suizos.

Bien por la Policía, que caigan los mafiosos.